jueves, diciembre 27, 2007

QUE BUENO BAILA USTED

(fragmento)

faisel iglesias


Del barracón salían corriendo los esclavos, con cascabeles atados a la cintura, disfrazados de leones, lagartos, serpientes y diablos. Aglomerados, bailaban al toque de los tambores, sacudiendo sonajas de latas perforadas, con dibujos caprichosos y cintas de colores, a las que les fijaban un mango largo por uno de los extremos para sostenerlas en lo alto y hacerlas girar. Otros, con caretas que representaban cabezas de fieras de la selva, sobre altísimos zancos, se sentaban a descansar por momentos, en los techos de los portales del caserío, llevando a los niños del asombro al delirio. Al fin, se juntaban todos en el centro del batey.

Las santeras, vestidas de blanco y collares de colorines, traían un garabato de gajo de guayabo de las orillas del camino real, con el que golpeaban con autoridad la tierra. Bautizado, después de haber recibido sacrificios el garabato adquiría el valor de un “fundamento”, por lo que lo guardaban en el fondo de las casas para que las cuidara de los peligros. Sólo lo sacaban en ocasiones religiosas. Había momentos en que las madrinas se los prestaban a las jóvenes ahijadas que lo agitaban en el aire.

- Quieren enganchar marido - dijo el Babalawo Ta Genaro.

En medio de la gresca, a veces los negros paraban las orejas y afinaban la mirada, pasando los ojos por la falda de la Sierra del Escambray que dominaba el ingenio y los cañaverales. Allá quedaba el monte, templo sagrado de los negros, donde está el palenque, que es la casa de la libertad de los negros, adonde iban a parar los sublevados después de romper las cadenas, destrozar los ingenios y quemar las canas. Esperaban quizás un levantamiento de la dotación de Santa Susana, Redención, Manzanares, San Julián, La Granja, El Indio, San Isidro Labradores, San Jacinto, Pepilla, Albizu, Patricia y la Santísima Trinidad.

- ¡Hay que cundir el Escambray! - se oía, aunque sin poderse identificar de dónde salía la añorada y temida frase.

Unos abrían grande los ojos y la boca con las manos en las cabezas. Otros simulaban tener los oídos sordos. Todos le temían a los cañutazos. El viejo Ta Manuel, mirando de reojo, farfullando, moviendo apenas los labios, de donde le colgaba un babiado cabo de tabaco, puso el ajiaco en la güira debajo de la yacija, pronunciando palabras ininteligibles quizás a algún ser que no era visible para el resto de los mortales, que lo molestaba al parecer con preguntas inoportunas. La barriga le brincaba y se le había perdido el apetito. Le comenzaron unos deseos intermitentes de dar del cuerpo. Tenía diarreas. Se levantó y comenzó un ir y venir del barracón a la ñagaza que estaba a treinta pasos de la última mata de mangos de la arboleda, cerca del abajadero. Se paró en el risco y miró al vacío. ¡Allá abajo muchos negros habían dejado los sesos cuando se lanzaron contra las piedras del río huyendo del martirio! Poco después regresó al cotarro, dio par de vueltas en el mismo lugar y se achantó en el aposento de las carracas. Comenzó a embotijar las baratijas y zarandajos que durante mucho tiempo había trocado por cañutos.

- ¡Tienes el rabo entre las patas como los perros con mieo! - le dijo un bozal descalzo, descamisado, sudoroso y con un machete en las manos.

Sonaron las campanas de la Iglesia. Más arrecieron los atabales. El Batey se llenó de perros y mayorales. La jauría, halando para romper las traíllas que los ataban a la siniestra de los capataces, enseñaba los colmillos, amenazando con destrozar a dentelladas. En los linderos apareció el Batallón de Cazadores con la misión de evitar una rebelión, que los negros subieran a los palenques de la Cordillera Central y que los cimarrones bajaran al ingenio y arrasaran con la zafra.

Enterado del alboroto por los tambores, el Conde de Casa Moré se puso las manos en la cabeza. Venía de Barranquilla y bien sabía que en toda tierra firme de nada valieron las cadenas, prohibir el bembé, el azote, el fuego y el plomo para contener el ansia de libertad y el espíritu de rebeldía.

Entre la dotación había quienes por su dignidad, fundamento y tono gozaban de reconocido prestigio. Cuando el Conde compró los primeros esclavos de un cargamento acabado de llegar del centro de África, se percató que todos los negros reverenciaban, quitándose el sombrero y bajando la cabeza, ante un adolecente de pocas palabras y pensados movimientos. Por sus modales, durante la travesía El Capitán lo había ubicado en un espacio cercano a la oficialidad, para utilizarlo en el servicio privado, lo que evitó que estuviera todo el tiempo con los grillos, collares de hierro y esposas, que le ponían a los demás para evitar los episodios trágicos que hubiesen podido provocar si se liberaban de las cadenas en medio del mar. Sin las llagas de los hierros y libre de calamidades, gracias al baldeo constante con vinagre al tablado de cubierta, el joven se veía además sano y fuerte. Ya eran los tiempos en que las tripulaciones negreras no eran necesariamente los sádicos que pintaba la propaganda abolicionista y muchos capitanes alardeaban de cruzar las cuatro mil millas de océano con solo medio centenar de muertos entre la humana mercancía y la tripulación por azote del escorbuto y el berebere.

Una noche de invierno, mientras se recogían entre sacos en las esquinas del barracón el Conde lo llamó. Supo entonces que se trataba de un príncipe verdadero que había sido capturado por los enemigos de su padre. Encadenado lo vendieron en esclavitud a los traficantes. El Conde no dudaba que en esa misma persona podía coincidir además la autoridad religiosa. Tales investiduras entre aquella masa de hombres encadenados, sometidos al látigo podía significar un peligro. Le propuso devolverlo a los predios de su reino. Sin embargo, el joven príncipe había rechazado la oferta para acompañar a sus súbditos en el martirio de la servidumbre.

Muchos hacendados, dueños de ingenios y mayorales procuraban dominar los dioses de los negros para enfilarlos dócilmente a los campos de cañas y a los trapiches. El Conde se interesó por el contenido del caldero y en la forma de preparar las potencias.
- ¡Mundele quiere mundanga! – exclamo el Príncipe.

Con los modales propios de su alcurnia El Príncipe le iba explicando al Conde el contenido sagrado, tergiversando, omitiendo o alterando cada detalle, procurando que a su debido tiempo, las potencias del fundamento del caldero se le manifestaran al revés.

El Conde Mandó a ensillar los caballos. Al paso de letanías llegó al batey con el párroco al frente de una procesión de amanuenses, cachidiablos, garzones, madres de tetas y damas con aires de abanico de plumas y tono de alcatifas y arambeles, que traían en andas imágenes en oropel de San Lázaro, La Virgen de la Caridad del Cobre y hasta el mismo Niño Jesús, envueltos en lucidos accesorios. Rezando avemarías, salves, credos y padrenuestros, haciendo una cruz en el aire después de cada palabra, a modo de bendición, a contra canto del bembé, procuraban quitarle el demonio del cuerpo a los negros. Ante las sagradas imágenes, sin embargo, los siervos comenzaron a bailar con más bríos. Rodearon la procesión con tal vivacidad y bullanguería que sus cantos y bailes ahogaron los rezos de la comitiva de tiquismiquis del amo, quienes no se quitaban de las narices los pañuelos rociados con aguas de rosas.

De momento a los negros se les montaban los muertos y bajaban los santos, haciéndolos arrastrarse como serpientes, saltar como ranas, hablar en lenguas viejas, mientras por las fosas nasales y los ojos les salía el humo de unos puros gordos que fumaban a trancos, dándose largos tragos de un aguardiente acabado de destilar que se pasaban de boca en boca en una jícara, que los hacía resoplar frenéticamente, rociando el ambiente con el penetrante aliento. Había quienes saltaban al centro y les quitaban el velo a las señoronas, sacándoles la lengua. En medio de la algazara, les arrebataban las imágenes y se las llevaban corriendo. Comenzaban a darles ron y humo de tabaco, bailándoles alrededor. A veces, como niños de cuerpo grande, simulaban empinarlas como un papalote. En medio del retozo, por momentos con ciertos acentos eróticos, las abrazaban con fuerza, mientras, en lenguas extrañas, más que rogarles, parecían exigirles que intercedieran con el de más allá para que se ocupara mejor de aquí abajo, ¡caray!

- Negro con santo montao no tiene mieo.

La ladina Ña Francisca, una iyalocha lucumí, del tiempo de la Trata, que había sido adquirida por el Conde de Casa Moré con su negrito de siete años, trocándolos por dos potros de buen paso, amaneció agarrada al tronco de la ceiba invocando a toda voz a la Virgen María, para que su Hijo le pidiera al Padre que acabara con el tormento de los negros. El majestuoso árbol era objeto de culto por los blancos, los chinos y los negros de todas las naciones traídas a Cuba, porque en su fronda moraban los muertos, los orishas y los santos católicos.

- A la Madre Ceiba los huracanes no la deshojan ni la fulminan los rayos – recordaba Ta Genaro.

La Nina Linda, como le dicen los mayomberos a la ceiba, llora ante la maldad. Alimentada con sangre de toro se sostenía sana y fuerte por todos los tiempos. Los negros le dejaban gallos a los pies para que le dieran la claridad de su canto, para llamar a los dioses. Con cuatro cocos hervidos con aceite de coca, envueltos en algodón, que le colocan entre las raíces, a la caída del sol, la ceiba tranquilizaba a los portadores del mal.

Entrada en trance Ña Francisca se expresaba en bozal. Amiga de Nana Sire, el primer Congo que llegó a Cuba, cortó palo, desenterró muerto y empezó a trabajar la brujería, cuando se le juntaban las potencias Ña Francisca era capaz de virar el mundo. Poseída por un muerto ó un santo de nación que la convertía así en su “caballo”, “cabeza” ó “cuerpo de santo”, la halaba para el monte.

Ña Francisca era una negra alta, de puro linaje, “orile”, siempre vestida de blanco y el cuello adornado con perlas rotas, aristócrata, como su madre, a quien le rendían honores de reina en el Cabildo. Con una alegría inagotable, a prueba de calamidades, cuando llamaba a los santos de raíz, como los llamaban los brujos de la vieja escuela, era fama que no quedaba uno solo en el cielo.

Miraba a su hijito, se agarraba el vientre, levantaba la cabeza, abría los brazos, fijaba los ojos en el firmamento y después los bajaba con cuidado y los corría por la cordillera, mientras pateaba la tierra al ritmo de los tambores y decía frases en lengua de nación.

- ¡Quiere libertad! - dijo Ta Genaro.

Era sabido que su hijo le había llorado, cantado y bailado en las entrañas por lo que era del conocimiento de los brujos que el chiquillo era un orisha, un santo de nacimiento y que, más temprano que tarde, cogería el camino del monte.

El Cura sabía que a los muertos de los esclavos, aunque no fueran practicantes de la fe católica le gustaban las misas. Entraban a la iglesia como al monte, de frente, en el cuerpo del poseído, con una vela encendida y un ramo de flores para dejarlas al pie de la imágenes de los santos. El Padre se le acercó a Ña Francisca con una cruz en la mano. Ña Francisca no se arrodillo. Jamás ponía rodilla en tierra. Lo esperó en cuclillas. Después de los salves alzó el brazo derecho con el puño cerrado. Lo bajó con reverencia y repitió la acción con el izquierdo.

“Elegguá aké ború aké boyé, tori torú la yá fi yurúare.”

El muerto saludó al Cura en lucumí. Se trataba de una formula reverencial, tan vieja como la humanidad, que se utilizaba siempre para alabar.

“Agó Elegguá Baba guara agó Elegguá abacu macu afónfo tube abebéenillo alanu la mú batá omó marata omó cúamá du echeré omó acheré arikú Babaguá déde wanto ló kun. Elegguá tubo cosi laroyé aqui bollú Baba guara Eshuboru, Eshu bollá Eshu bochiché, Eshu Barakinkeño” “Bará laroye achucaí colagúola un bele kún laroye un chéche óni coní óni condori”

El muerto le pedía al Cura que intercediera con Elegguá, el orisha del lleva y trae lo malo y lo bueno, para que hablara con el niño Jesús, y con el mismo Dios, si era preciso, para que alejara las injusticias. Después, en el cuerpo de Ña Francisca, el muerto le dio la espalda al Cura y lo despidió zapateando y sacudiendo con energía el trasero.

- ¡Pónganle una palangana con agua bendita o del cielo entre las piernas para que el muerto se le vaya! - ordenó Ta Genaro.

El Cura dijo un par de adagios e hizo por volverse.

- Padre, el muerto quiere cuatro misas para su ánima del purgatorio - le insistió Ta Genaro.
- Así será, hija - dijo el Cura mirando a Ña Francisca, sosteniendo en la mano izquierda la cruz de madera que le servía de bastón, mientras hacía otra en el aire con la diestra.
- Son tres cruces en la cabeza, para que se le vaya el muerto, Padre - advirtió el Babalawo Ta Genaro.
- ¡Perdón, mi hijo! - dijo el Padre.
- ¡Que Dios lo oiga! - contestó Ta Genaro.

Ña Francisca entró al templo, se sentó en un rincón y comenzó a fumarse un tabaco con la candela para dentro, mientras el humo le salía por los oídos y los ojos dejándole una mirada asiática, como si se estuviera observando por dentro.

- Ni diez misas bastan para que esa ánima en pena descanse en el espíritu de los rezos - dijo Ta Genaro.

Muchos culpables en vida después eran muertos majaderos en el purgatorio. Había veces que el muerto se le metía en el cuerpo al vivo sin que se diera cuenta. De momento una persona seria, decía una cosa u otra en lengua lucumí o conga sin que viniera al caso. Daba un par de brincos y caía desmayado. Entonces ya todo el mundo sabía que andaba con los del mas allá. Imponían su voluntad. A veces eran puros caprichos, graserías, ordinarieces. Pago de deudas que no les dejaban la conciencia tranquila, un encargo de un santo... Hubo poseídos que no les alcanzó la vida para estar el tiempo necesario parado en las esquina pidiendo dinero. Sin embargo, había muertos a los que se les ocurrían las cosas más linda del mundo. Una muda del puerto amaneció dando gritos. Al otro día llenó la casa de flores. Ahora la llaman la casa de los olores.

- Hay que atender a los santos para que no se nos monte un muerto - repetía el babalawo Ta Genaro.

Eran fama los ataques de rebato de los ahijados de Pancha la bruja. Con un trapo sucio en la cabeza, utilizaba el fundamento de bastón. Sin quitarse el tabaco de la boca, más que rezar parecía pelearle a los orishas. Dejaba los caminos y se perdía en los matorrales y se olvidaba de darle de comer a los santos. Mal atendidos, con el tiempo, el fundamento se diluía. Para que los muertos no se les montaran a sus ahijados les hacía tres nudos en los pañuelos y les amarraba una tira en el dedo del medio del pie. Sin fuerza para apretar el nudo, andando descalzos, se les zafaba y caían en la tierra, poseídos por los espíritus.

Sacarle un muerto a un vivo no era fácil. Los había que tenían la fuerza de un toro. Confundidos con el cuerpo del vivo no sabían como agarrarlos. Había que sentarlos a horcajadas en un taburete, como se jinetea un caballo, ponerles una palangana de agua bendita o del cielo entre las piernas, cubrirles la cabeza con un trapo blanco, hacerles tres cruces con el dedo en el cráneo y soplarle los oídos. Si con eso no salía, se iban los dos.

A la caída del sol los negros se aglomeraron debajo de la ceiba. Hicieron una alfombra de flores y en el centro colocaron un trono hecho del tronco de una palma real. Trajeron en andas al Príncipe.

- ¡Mayoral! - llamó el Conde.
- ¡ Diga, Su Merced!
- ¡Guarde el látigo.

Los negros sentaron al Príncipe en el Trono, le pusieron una corona de flores y lo coronaron como el Primer Rey de santa Isabel de las Lajas.

- ¡Mayoral! - volvió a llamar el Conde.
- ¡ Diga, Su Merced!
- ¡Ponga leña debajo de los calderos de tres patas, prenda fuego y le echa pescado y carne salada con calabazas, ñame, malanga, boniato, yuca y maíz! ¡Al primer hervor le sacas las brasas y les llenas las güiras del ajiaco a los negros! La zafra precisa de negros fuertes y alegres.

miércoles, diciembre 12, 2007

REFLECCION DE PRISIONERO POLITICO CUBANO

Por el 10 de diciembre

Alfredo Rodolfo Domínguez Batista

9 de diciembre de 2007Prisión Cuba Sí, Holguín – http://www.payolibre.com/ – Muchas personas cuando nos escuchan declarando abiertamente las violaciones de los derechos humanos en nuestro país, sin el miedo que infunde el gobierno, sienten admiración por nosotros los prisioneros políticos y de conciencia.

Por eso en esta importante fecha, cuando se cumple el 59 aniversario de la Proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, deseo expresarles desde este infernal rincón, a todos los amantes de la paz y la libertad, mi sentir.

Este angustioso gobierno no sólo amordaza los labios de todo un pueblo, sino también el alma. Esta lúgubre realidad me moja las mejillas de lágrimas a cada instante.

¡Cuánto desearía yo la obra mágica, pero real que acertadamente librara al pueblo cubano de estos tormentosos años de infelicidad!

Nuestros hogares estarían llenos de paz y alimentos. Los niños caminarían en las playas, pletóricos de alegría, juguetes y alimentos. Nuestros padres tendrían un hogar y un modesto confort, seguro de vida. Este pensamiento, sólo este me hace gloria el alma, que hasta en un instante así puedo morir.

El espíritu necesita también las cosas materiales para dar amor y subsistencia a la familia. El espíritu es independiente sólo cuando se le usa para garantizar la armonía mediante la palabra. La palabra debe garantizar la existencia humana. No debería seguir siendo el arma de destrucción.

Es hora ya de que nuestro pueblo disfrute de la libertad de expresión, que se sirva de ella, que cada individuo goce del libre uso de la palabra.

Alfredo Domínguez Batista, de 46 años de edad, es prisionero de conciencia del Grupo de los 75. Extingue una condena de 14 años de privación de libertad en la prisión Cuba Sí, Holguín. Reside en calle 61 #25 e/ 32 y 34, Delicias, municipio Puerto padre, provincia Las Tunas, Cuba.
Dado por el Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba el día 8 de diciembre de 2007.

viernes, octubre 05, 2007

APOYA EL ESCRITOR Y CATEDRATICO ANDRES CANDELARIO LA PONENCIA ACERCA DE UNA NUEVA CONCEPCION DE LA SOCIEDAD, EL ESTADO Y EL DERECHO CUBANOS.

San Juan, Puerto Rico
5 de octubre de 2007

Faisel:

He leído detenidamente tu trabajo y me parece un aporte profundo y novedoso de cara a la Cuba del futuro. Te felicito sinceramente por este esfuerzo intelectual de repensar el derecho cubano. Con tu permiso voy a enviárselo a un grupo de cubanos en la red electrónica con quienes me comunico con frecuencia. Un abrazo.

Andrés.

POR UNA NUEVA CONCEPCION DE LA SOCIEDAD, EL ESTADO Y EL DERECHO CUBANOS

Por faisel iglesias

"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla de pensamiento."
José Martí

Hace apenas 500 años el Verde Caimán del Caribe, la Isla Hembra- así es llamada Cuba por los poetas, quizás por verde, estrecha y larga, como si flotara siempre, siempre poseída -, estaba habitada por aborígenes a quienes la benevolencia del clima les permitía vivir sencilla y naturalmente como si todo el cuerpo fuera la cara.

La civilización, sin embargo venía de antaño. El mundo se había dividido en la concepción oriental, que ha seguido un desarrollo colectivo, colectivizante, de hombres que de servidores de la sociedad han devenido en servidos por los pueblos, cuyos más claros ejemplos lo han sido, a través de la historia, los regímenes despóticos de Egipto, Mesopotamia y La China, en la antigüedad, y en la era moderna los gobiernos totalitarios de Europa del Este y China; y la concepción occidental, que ha procurado el desarrollo de la propiedad privada, del individuo, y que con el cristianismo no sólo se hermanó espiritualmente, sino que además, encontró la sabiduría que le ha permitido ser la vanguardia del universo, convencido de que el soberano es el hombre, porque Dios nos hizo a su imagen y semejanza.

Europa, espacio vital de occidente, había disfrutado de una unidad estructural; la que le ofreció el imperio romano, que no sólo fue un hecho militar, una fuerza política, sino un movimiento civilizador, creador de humanidad, de sociabilidad, de vida en común, del derecho romano, que llegó a tener por más de mil años la esencia de toda una cultura en un idioma común; el latín. La Europa, que al día siguiente de la caída del Imperio Romano, retomó el viejo sueño de la unidad. Y lo buscó por el único medio eficaz de la época: la guerra. Sueño que va a tener sucesivas tentativas desde Justiniano a Carlo Magno, y hasta en la frontera misma de nuestro tiempo. Y fracasaron felizmente, porque lo que hubiera salido del sueño hubiese sido la pesadilla de una Europa maltrecha, excluyente, como consecuencia de la superioridad transitoria de algunos elementos y el sometimiento de otros. En fin, una Europa incapaz para el entendimiento, la asimilación y la cooperación.

El desarrollo científico del siglo XV, le permitió al Viejo Continente, "buscar nuevas rutas para el comercio" por lo que en 1492, el más iluminado de los almirantes vio la tierra más fermosa que ojos humanos han visto, con la ignorancia de creer que Haití era Cipango y que Cuba era la China, y que los habitantes de Japón y China - entiéndase Haití y Cuba - eran los habitantes del país de las vacas sagradas, y todos, aún hoy, lo nombramos el Descubridor, como si los primeros pobladores, que habían llegado saltando de isla en isla a través del Mar Caribe, no conocieran la tierra que pisaban sus plantas desde la Punta al Cabo.

Colón, el precursor de la cristianización de América - a costa del sacrificio de los nativos y sus valores - había expresado su intención de coronarse virrey de las nuevas tierras. Y, en su diario escribió la palabra oro 139 veces y la palabra Dios o la frase Nuestro Señor sólo 51, y el 27 de noviembre de 1492 consignaba: "tendrá la cristiandad negocio en ella".

Para muchos el Descubrimiento, el Encuentro entre dos Mundos o el Nacimiento de América - hay cosas para las que no hay nombres -, fue un hecho simplemente reaccionario, y para algunos, hasta casual, como si los fenómenos sociales, complejos y simultáneos, no fueran el producto de infinitas causas. Cada época histórica tiene su propio discurso. Hoy no es fácil asimilar que Cristóbal Colón no sea el Descubridor de América, pues entonces Humbolt no sería el Segundo, como lo proclamamos nosotros mismos, sino el Tercero, y el sabio Don Fernando Ortíz no sería el Tercer Descubridor de Cuba, sino el Cuarto. ¡Que sería de nuestra historia sin el mito de las Tres Carabelas!

LA IMPLANTACIÓN DEL EL ESTADO Y EL DERECHO EN CUBA

Abierto el camino por Cristóbal Colón, se apareció, tras su ruta, en 1512, por el oriente del largo lagarto verde, Diego Velázquez, capitaneando a trescientos hombres, los que, por sus procederes, santos y señas más bien reflejaban venir de las entrañas dantescas de las cárceles de la época (sin menospreciar a algunas de las de nuestro tiempo) que de un puerto de la Española - nombre que le daban entonces los conquistadores a la original Quisqueya, hoy la hermana República Dominicana-.

A fuerza de fuego, espada, enfermedades y muerte implantaron - diz que en el nombre de Dios -, una sociedad, estado y un derecho extraños, culminantes de una realidad foránea especialísima, que la -¡siempre!- isla de Cuba no vivía. Fue una sociedad apenas sin elementos, un estado y un derecho precarios, donde se confundían las potestades políticas, militares y en algunos casos las judiciales, en los mismos funcionarios y que, trescientos años después, en los albores del siglo XIX, se mantenía con insignificantes variaciones. No fue hasta el año 1812, en que al darle las Cortes de Cádiz una constitución a la península que se extendió a la isla, Cuba no contó con una carta magna, en el sentido moderno de la palabra, creadora de supremas instituciones, teniendo nuevamente - ¡Oh, destino ! - la Perla de las Antillas, que acomodarse, incluso estructuralmente, a las imposiciones extranjeras.

LA NACIONALIDAD CUBANA

Con los conquistadores, los negros traídos como fuerza de trabajo esclava, lo autóctono sobreviviente, el amor - "que convierte en milagro el barro" - y otras circunstancias históricas, fue naciendo la nacionalidad cubana, la que al llegar a determinado grado de desarrollo, y en medio de una crisis general - los terratenientes azucareros, especialmente la zacarocracia oriental (significativamente los Padres de la Patria), estaban endeudados y a punto de perder sus ingenios-, exigió la independencia de la metrópoli. Para la magna tarea no era suficiente rechazar y enfrentar el colonialismo en busca de una victoria heroica, sino que era imprescindible trascenderlo. La joven intelectualidad criolla - hijos de españoles, amamantados (¡Oh, amor madre!) por nodrizas esclavas -, se fueron a las mejores universidades del mundo a fin de apoderarse del pensamiento más avanzado.

El trabajo creador, el desarrollo de las ciencias y el fomento de las artes, no como instrumentos de voluntades transitorias, sino en busca del equilibrio, lo bello, lo justo, la verdad, en fin como dadoras de más naturaleza, de otro camino hacia Dios, llevó a los mejores cubanos a esa síntesis - resumida en la bondad de Aguilera, en el arranque de Céspedes, en el genio de Gómez, en las heridas y la piel de Maceo, en la concepción de Agramonte, en el ideal de José Martí y el sacrificio de todo un pueblo de procurar hacer al hombre soberano de sí mismo, ciudadano del mundo, capaz de, a partir de su plenitud, donarse, socializarse, trascenderse.

CÉSPEDES Y/O AGRAMONTE; MARTI

Carlos Manuel de Céspedes, cuando la realidad era insoportable y la dignidad humana y nacional eran pisadas por el arcaico, explotador y cruel sistema colonail, mientras muchos vacilaban, como con fuerzas tremendas, venidas de las entrañas imperfectas de la tierra, se lanzó a todo galope a conquistar la independencia a filo de machete, convencido de que con sólo 12 hombres bastan para lograr la libertad de Cuba, proclamandose Capitan General del Ejercito Libertados de Cuba, mando centralizado, para asegurar el triunfo de la revolución independentista, como paso previo a la república democrática.

Ignacio Agramonte, meses después, en el potrero de Guaímaro, en la Constituyente de la primera República en Armas - ¡el Belen institucional de la Nación Cubana! -, liderando a un grupo de intelectuales liberales, se opone resueltamente a Céspedes, pretendiendo una organización institucional que garantizara no sólo la independencia de Cuba, sino la liberación de los cubanos, el sometimiento del mando militar al poder civil -¡aún en plena guerra!- y proclama el imperio de la ley, y que el soberano fuese el ciudadano.

Triunfó Agramonte, pero se perdió la guerra. Desde entonces la nación cubana, se pregunta: ¿Céspedes o Agramonte? Tanto una táctica como la otra es eficaz; todo depende de las circunstancias: Céspedes para la guerra, para la paz, Agramonte. Sin embargo los cubanos siempre hemos sufrido el desatino. En la Guerra Grande sometimos el mando de las batallas a las lentas resoluciones del parlamento de manigua y en los tiempos de paz, a que nos gobierne la manus militari.

José Martí, futuro lider de la independencia y de la espiritualidad de la nación, que en tiempos de la Guerra Grande, apenas un niño, había ido a la cárcel y escrito allí bellos versos y estremecedores relatos, andaba por el mundo cargado de nostalgia, soñando la patría - "Vivir por Cuba en cuerpo y alma no es lo mismo que sobrevivir en Cuba en carne viva." - con la fuerza de un creador divino, se lanzó, cargado de ideales a entrelazar las ramas de los pinos nuevos con los viejos robles a fin de hacer la que él mismo llamara la guerra necesaria.

[...] O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre, - o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos. Para verdades trabajamos, y no para sueños.

José Martí, viendo colonias en las recién nacidas repúblicas de latinoamérica, dada la autoridad personal y las disensiones por la falta de intervención popular y de hábitos democráticos en su organización, advirtió que "no se funda un pueblos como se manda un campamento", pretendiendo llevar el pensamiento civilista de Ignacio Agramonte a las más altas cumbres.

El hombre consciente de la necesidad de gobernar al país conforme al conocimiento, para liberarlo de tiranías y que soñó fundar "en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina", el primer día de combate, convencido de que todo el que da luz se queda sólo - "puedo morir mañana", escribio en la página anterior a Dos Ríos -, cayó de su caballo mortalmente herido para levantarse un mito, hasta hoy inalcanzable para los cubanos. "Qué has hecho, Maestro?", exclamó Rubén Diario.

LA REPUBLICA

Muerto Martí y los fundamentales líderes de la gesta independentista y Gómez anciano y con complejos de extranjero se apoderaron del país los generales y doctores. Hubo extraordinarios avances en la economía y la cultura. De apenas millón y medio de habitantes en 1902 y de una economia arrazada por la guerra y la tea de los Generales Invasores, ya en 1930 la población rondaba los cinco millones de habitantes y se producían cinco millones de toneladas de azúcar. Sin embargo se imponía el héroe al ciudadano y el dinero a la dignidad humana. Había más conciencia de la soberanía nacional que del supremo concepto de que el soberano es el hombre. En consecuencia Cuba desembocó en una nueva contienda; La Revolución del 33.

Después de mucha sangre generosa y venganza, se inicio una etapa de cierto equilibrio social, creadora entre otras cosas, de la trascendente Constitución de 1940, que no sólo fue un esfuerzo nivelador, sino además, precursora en derechos humanos, en la consagración de la función social de la propiedad, oponiéndose al latifundio, reconociendo al derecho como ciencia social autónoma capaz de ejercer su imperio al servicio de la pluralidad política y social de la nación, al constituirse en un poder verdaderamente independiente, procurador de sus propios funcionarios, al margen de ideologías e intereses políticos coyunturales. Más la sociedad estaba infectada por la intolerancia, la corrupción, el odio. Y la constitución de 1940, dada la influencia de los comunistas y de una generaación de jóvenes idealistas y revolucionarios, reflejaba ser el un proyecto ideológico, donde el estado se resposabilizaba con garantizar derechos que en la realidad les resultaban imposibles. La Constitución fue letra muerta.

En 1959, a pesar de la guerra contra Batista, los cubanos teníamos un auto por cada 40 habitantes, el transporte público pasaba cada tres o cinco minutos en las zonas de mayor concentración de población, un teléfono por cada 38 personas, 270 estaciones de radio, 23 canales de televisión (una de ellas en colores), 27 000 empresas mayoristas (el 80% cubanas), 200 000 minoristas (85% cubanas), 2 340 establecimientos industriales con una producción de mil millones dólares y el ingreso percápita era el quinto en Latinoamérica y el treinta y uno en el mundo, según el historiador Levi Marrero.

A pesar de las virtudes institucionales, del talento y la creatividad de los cubanos, imposibilitados la mayoría de los hombres de lograr la grandeza espiritual del Apóstol, probada la incapacidad de la concepcion de la triparticion de poderes para evitar la corrpción administrativa, en un país donde el estado se implantó como instrumentó de fuerza, saqueo y exterminio, mucho antes de que naciera la nacionalidad, por lo que historicamente se visto como enemigo de los intereses del pueblo en ves de instrumento a su servicio, los grupos de poder comenzaron a comandar la Patria a fin de someterla a sus voluntades y en muchos casoas a los más mezquinos intereses.


ADVERTENCIA DEL POETA SURREALISTA Y LA IGLESIA CATÓLICA

Sólo la Iglesia católica, la más vieja institución, con su sabiduría milenaria y un hombre de la sensibilidad e intuición de André Breton, poeta del surrealismo, capaz de "presentir, descubrir, oir, viajando en una guagua habanera, caminando por las calles y barrios, sintiendo la entretierra de la gente", podían prever, coincidentemente el mismo año, 1947, cuando todo el mundo estaba ciego, o no querían o no les convenía ver, que las dramáticas contradicciones que vivía La llave de Las Américas, avisoraban un desenlace tremendo. "En este país se siente venir una revolución", dijo el poeta y el Papa Pío XII, en una alocución radial al pueblo de Cuba advirtió: "Ustedes se sienten orgullosos, y con justa razón, de haber nacido en la que alguien llamó la tierra más fermosa que ojos humanos vieron, en la Perla de las Antillas. Pero en esa misma bondad del clima, en esa exuberancia y placidez se anida el peligro. Me parece ver que por el tronco altivo de la palma real, que se mece con donaire, se desliza la serpiente tentadora... Si no hay en ustedes una vida sobrenatural fuerte, la derrota será segura."

Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana, nos recordaba en su visita a Venezuela, a principios de 1995, que el Papa se daba cuenta que los cimientos de la Patria no estaban terminados de forjar, que no percibíamos los grandes desafíos de la historia, nuestra responsabilidad nacional y hemisférica.

LA REVOLUCIÓN CUBANA ANTE UN MUNDO BIPOLAR

El triunfo de la revolución de 1959, en medio de la Tercera Guerra Mundial, conocida como la Guerra Fría - época en que la humanidad vivía en la asfixiante atmósfera de la paz del miedo nuclear -, el sentimiento antiimperialista de un sector importante de la sociedad, dada la existencia de un capitalismo despiadado, sin plena conciencia social, que ignoraba e impedía la vigencia de la Constitución del 40, legítimo fruto de la voluntad popular, la aspiración del partido comunista de tomar el poder e implantar la "dictadura del proletariado", - !sin proletarios! - las hábiles manipulaciones de la "Internacional Stalinista", junto al voluntarismo y a la vocación dictatorial de Fidel Castro, y la intolerancia de los gobernantes norteamericanos, comprometidos entonces con los gobiernos más corruptos y retrógrados del mundo, entre otras cosas, condicionaron el alineamento de Cuba al Campo Socialista, el cual tenía una concepción monista del estado y consideraba al derecho un instrumento - y por tanto sin valores propios - del poder político.

Cuba salía así de su hábitat natural, su espacio histórico-cultural, el hemisferio occidental y asimilaba una concepción de la sociedad, el estado y el derecho orientalista, inquisitiva, semifeudal, autocrática, zarista, con un poco de socialismo utópico y filosofía alemana y, por supuesto, con mucho del clásico dictador latinoamericano, cometiendo el error histórico, del que nos había advertido José Martí hace más de cien años, de copiar doctrinas y formas foráneas de gobierno.

LA CONCEPCIÓN ARCAICA DEL ESTADO Y DEL DERECHO SOCIALISTA

El Campo Socialista fundado y liderado por la entonces Unión Soviética, tenía su base en la Rusia de la Revolución de Octubre. La Rusia feudal en pleno siglo XX, que comenzaba a abrirse al modernismo cuando ya occidente se estaba despidiendo de él. La Rusia que no había recibido aún, de manera eficaz, las influencias del derecho romano, del renacimiento, del iluminismo, del movimiento enciclopédico, de la revolución industrial inglesa, y mucho menos de la revolución francesa y de la concepción tripartita de los poderes del estado, que ésta le legó al mundo en las ideas de Montesquiu. Rusia sólo había conocido la Duma, especie de parlamento sometido, legalizador por unanimidad viciada de la muchas veces ilegítima voluntad del Zar, antecedente histórico de las mal llamadas asambleas populares de los países socialistas totalitarios.

Rusia no había conocido una Constitución. "Sólo una vez, en noviembre de 1917, hubo un parlamento votado libremente, pero sin llegar a reunirse", nos recuerda Michael Morozow, en su obra, "El caso Solzhenitsyn" El pueblo ruso carecía de una tradición de opinión pública. Sus pensadores estaban en la literatura, y sus vidas eran trágicas: Pusckin fue asesinado por una camarilla de cortesanos aliados a Nicolás I; Lermontow murió en un duelo; Gogol quedó medio loco luego de una huelga de hambre; Rylejev fue ahorcado. Incluso, después de la Revolución de Octubre de 1917; Blok murió de inanición en Petrogrado; Essinin se ahorcó en una habitación de un hotel de Leningrado después de escribir su último poema con sangre en la pared de la habitación; Majakowki se suicidó de un balazo en la cabeza; Gumilow fue fusilado; Máximo Gorki elige el exilio voluntario por 10 años, y más recientemente Boris Paternaf y el propio Solzhenitsyn reflejan en sus propias vidas el drama de todo un pueblo.

El comunismo soviético, era pues una sociedad dirigida por el Estado, que trataba de fundir todos los ámbitos en un sólo bloque monolítico e imponer una dirección común, desde la economía hasta la política y la cultura, mediante una sola institución, el Partido. El arte, la cultura, expresión real de los valores de una sociedad, se vieron aniquilados por un Estado que no permitía crear sino a favor de sus intereses políticos coyunturales. La tierra de la otrora extraordinaria cultura rusa, una de las más importante de principios del siglo XX, venida la Unión Soviética, no creó una arquitectura trascendente, a no ser la de "tipo pastel" de la era estalinista, y reprimió a los músicos y a los escritores. A tal frustrante realidad se le rindió culto, dentro de una corriente ideoestética denominada Realismo Socialista, que ha constituido un de los legados culturales más pobres que ha conocido la humanidad.

LA ULTIMA EXPRESIÓN DEL MODERNISMO
La edad moderna, cuya obertura fue el renacimiento, vivió desde la época de la palabra impresa hasta la era del lenguaje digital, desde el Siglo de las Luces hasta el Socialismo, desde el positivismo hasta el cientificismo, desde la revolución industrial hasta la revolución informática, bajo el signo del hombre que, en tanto cumbre de todo lo existente, era capaz de descubrir, definir, explicar y dominarlo todo y de convertirse en el único propietario de la verdad respecto al mundo. El Bloque Socialista, la última expresión del modernismo como era, donde se creía que el universo y el ser representaban un sistema capaz de ser explorado por completo, era además dirigido por una suma de reglas, directrices o sistemas que, se pensaba, el hombre iría dominando y orientando a su beneficio. Eran los tiempos del propósito de la sociedad ideal: el comunismo, en virtud de una doctrina (el marxismo-leninismo) que se consideraba la verdad científica, según la cual se debía organizar la vida.
"Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras - había advertido ya José Martí desde el siglo pasado -: el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los
desamparados."
Ya en 1887, John Rae, en su libro Contemporary Socialism (obra de consulta de José Martí) expresaba "El comunismo lleva a todo lo contrario de lo que pretende alcanzar; busca igualdad y concluye en la desigualdad, busca la supresión de los monopolios y crea un nuevo monopolio, busca aumentar la felicidad humana y en realidad la reduce. Es una utopía, y ¿por qué es una utopía? ... Porque la mayor igualdad y la mayor libertad posible sólo pueden lograrse juntas"
La caída del muro de Berlín significa pues, no sólo la derrota del campo socialista (marxista-leninista) en la Guerra Fría, la victoria de los valores occidentales en el planeta, sino el agotamiento de la era moderna, la era de los mitos, las ideologías, los partidos de políticas doctrinarias, aspirantes a la "toma del poder", y el inicio de una era de circulación de ideas, información, concertaciones, una era sin fronteras, sin distancias, de internacionalización de los procesos productivos y de la soberanía de los individuos; la posmodernidad.
LA ERA POSMODERNA

La revolución informática, los satélites, la televisión, la cosmonáutica, los teléfonos celulares, han roto las fronteras, disminuido las distancias, multiplicando la información, las versiones, acelerando los procesos de análisis a niveles de velocidad tales que la inmediatez se ha convertido en un factor operativo fundamental. Un movimiento conocido como "nueva epistemología" o "epistemología alternativa" contribuyó a modificar la idea que hasta entonces se tenía de las ciencias y de los mecanismos que la configuran. Este tránsito de una época a otra, está vinculado además, a una serie de acontecimientos sociales, políticos y culturales que han contribuido a moldear los nuevos tiempos: la lucha por los derchos civiles, el ambiente, etc.

LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA ECONOMÍA

Democracia - se sabe desde antaño por los Griegos-, es el poder del pueblo; limitarla a la política es menguar el concepto. La tarea historica de los pueblos a través de la historia ha sido ampliarla cada día. Los principios que inspiraron la declaración de los derechos del hombre reconocen el derecho inalienable de los pueblos a participar activamente en todas aquellas decisiones que les afectan. Sin embargo, los políticos, científicos, e incluso la sociedad civil, incluyendo los sindicatos continúan con el insuficiente discurso de hace más de doscientos años de "desarrollo económico y democracia política."

Existe un peligroso e ilegitimo desbalance entre el poder ejercido democráticamente por los pueblos a través de su participación en la política y el poder de las corporaciones en virtud de la fuerza del capital.

El capitalismo, sin embargo, al no exigir una fe total, al no ser un fenómeno esencialmente ideológico, sino básicamente un sistema socio-económico, es compatible con la democracia política y económica. Las fuerzas de la democracia, que están en la libertad, son a menudo independientes y anteriores al capitalismo, más no se niegan entre sí, a diferencia del esclavismo, el feudalismo o del socialismo leninista, donde el hombre no es más que un apero de trabajo, un instrumento parlante, un mero creador de riquezas para el Señor o un simple medio para lograr la sociedad soñada por los "iluminados". La conversión de una sociedad de proletarios a una de propietarios capitalizando trascenderá las relaciones de producción, mercado, adquisición y justicia social conocidas hasta el presente en pro de del mejoramiento humano.

En la sociedad posmoderna, el orden político debe hacerse cada vez más autónomo y la administración del orden más independiente del capitalismo. El mercado, que surgió como una fuerza de la clase burguesa para organizar la producción a su manera, como una forma de presión contra el poder del Estado y los monarcas, además de un mecanismo de circulacion y asignación de bienes, con la internacionalización de los procesos productivos, la revolución científica, la informática, en un mundo sin fronteras, sin distancias, puede ser un instrumento nivelador, de liberación, de una nueva categoría de la justicia. No es casual que las grandes zonas comerciales hayan sido a través de la historia los lugares de mayor fuerza creativa, de desarrollo.
El capital, unido a una democracia que regule los elementos de la economía, que garantice la soberanía del hombre y le permita su desarrollo, como fin primero, enfatizando el aspecto social, será vigente en la nueva era, pues el capitalismo, por su naturaleza no puede ser un monopolio total. El capital regido por la democracia conforma una sociedad plural, flexible, capaz de mutaciones.

La democracia política occidental, en el concepto moderno, apenas tiene doscientos años y a ella se debe indudablemente el desarrollo que se ha logrado en el mundo en nuestro tiempo. Sin embargo, viejos conceptos financieros, de la propiedad, de las inversiones, de las relaciones internacionales, un menosprecio al valor del trabajo con relación al capital, entre otras cosas, han imposibilitado que en la economía haya sucedido lo mismo.

La globalización de la economía, si bien es cierto que por un lado concentra cada vez más el poder
inversionista, por otro, en una favorable contradicción dialéctica, no hace lo mismo con los procesos productivos e industriales. Las fábricas se van allá, adonde les queda más cerca la materia prima, la fuerza de trabajo más barata, al antes inhumanamente explotaban para extraer materia prima, Es allí donde está el nuevo consumidor. En los países pobres, a los que en el pasado sólo iban a buscar materia prima y a llevar la mercancía elaborada en los grandes centros industriales de los países ricos. En consecuencia los problemas del empleo y demás efectos negativos que lógicamente trae cualquier progreso, los sufrirán lo mismo los pueblos de los países pobres que los de los países reconocidos en la actualidad como ricos. Las fuerzas sociales de todo un mundo sin fronteras exigirán entonces, a través de sus gobiernos, de sus instituciones civiles, políticas, económicas, en fin, de todo tipo, la búsqueda de soluciones. Un ejemplo lo ha sido cómo determinados centros financieros, estimulados por sectores sociales ofrecen ayuda técnica y les garantizan mercado.

En los últimos tiempos en Estados Unidos, España y en otros países han triunfado grupos de vecinos, de amigos, de profesionales que han logrado convertirse en trabajadores y dueños, servidores y servidos de sus propias empresas, lo que ha significado un impulso a un proceso de democratización económica, que según muchos estudiosos, al fin, derrotará a las viejas oligarquías económicas que como a las políticas, con el progreso de las ciencias y la democracia, perdieron su vigencia histórica. La era posmoderna exige, además de la plenitud del individuo, de la fraternidad humana, de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, una evolución conceptual, donde el trabajo adquiera su justo valor ante el capital, donde no sólo habrá un capital al servicio de la sociedad, sino la sociedad capitalizando.

EL DERECHO EN LA POSMODERNIDAD

"Yo quiero que la Ley primera de la república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.", José Martí

En la era primaria el hombre se sometía sencilla y naturalmente a la voluntad divina. Eran inexplicables los fenómenos naturales y sociales. Con el tiempo inventó el derecho a fin de regular las relaciones sociales que nacían con el desarrollo, llegando a idealizarlo como "aquel que la razón natural establece entre los hombres", "el arte de lo bueno y lo equitativo", "la ciencia de lo justo y de lo injusto", "la voluntad constante y perpetua de dar a cada uno lo que le pertenece".
Con el tiempo, el hombre, que en su naturaleza lleva el "pecado original", conociendo las virtudes del derecho y sabiéndose poderoso sobre la tierra, advino entonces en utilizarlo como instrumento de su transitoria voluntad, imponiendose siempre, por supuesto, los sectores dominantes. Ya en la antigüedad, Solón, el Legislador Ateniense había expresado que " [l]as leyes son semejantes a las telarañas, contienen a lo débil y ligero, y son deshechas y traspasadas por los fuertes y poderosos." Y más recientemente Carlos Marx, con su mínima, creída por muchos como máxima, lo repitió diciendo que "[e]l derecho es la voluntad de la clase dominante erigida en ley", negandole, por tanto, sus valores de ciencia. Sin embargo ya San Pablo en Romanos 2, Versiculo 20 nos expresa "que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad". Desde entonces, y a través de todo el tiempo, se debate si el derecho es un instrumento de voluntades dominantes o una ciencia social autónoma, con sus propios valores, capaz de procurar la justicia, el equilibrio, lo bello, en fin, de crear más naturaleza.
Cuando el derecho comienza a responder a los fines inmediatos y particulares, a ser utilitario, se convierte en un instrumento que no necesariamente vela por la armonía de todos lo valores y las cosas que componen el cosmos, sino más bien por la teoría del orden social que se fundamenta en la relación derecho-poder. El legislador comenzó a crear conforme a criterios temporeros, prácticos, esenciales para la protección de intereses dominantes. Las escuelas de Derecho demuestran una filosofía educativa inclinada casi totalmente a satisfacer las exigencias políticas de cada época, las demandas práctica de los estados.
En la primavera de 1997, en un encuentro de miembros de la judicatura española y profesores puertorriqueños, con los estudiantes de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, el Decano del alto centro docente, Lcdo García Padilla, hoy presidente de la Universidad de Puerto Rico, defendió la facultad de los gobernantes de nombrar los jueces superiores, porque según él, ello "contribuía a tener políticamente actualizada a la judicatura" ignorando que la politica no es mas que un instrumento ideologico que va a la zaga de las ciencias y las artes. Para más adversidad, el Profesor de Derecho Constitucional de la propia escuela, Licenciado José Julián Alvarez, se negó a considerar al derecho como una ciencia social. Es decir, para este profesor el derecho no es más que el dogma establecido.
En consecuencia, tanto la derecha, como la izquierda totalitaria, como sus respectivos intelectuales, han ido creando su propia personalidad fundamentalista, en el cual rige el principio de que el Derecho puede ser válido sin tener que ser justo, que puede haber, y de hecho la hay, legalidad sin legitimidad. Esa es la penosa realidad aún en los estados más desarrollados de occidente, que tienen su base en la revolución francesa, con su clásica concepción tripartita de poderes, donde el derecho es reconocido en lo que debiera ser pero, paradójicamente, las judicaturas aunque proclamadas "independientes", están sujetas a la voluntades de las esferas de poder.
En Francia la rama judicial esta subordinada al Consejo de Estado; en Estados Unidos, los jueces superiores son nombrados - aunque de por vida - por el ejecutivo, con la aprobación del Congreso, lo que hace discutible predecir si sus fallos obedecerán a voluntades políticas coyunturales o a los valores de las ciencias jurídicas.
Las críticas de los movimientos revolucionarios del presente siglo a "las clases dominantes y explotadoras" lograron desenmascarar la naturaleza oportunista, y en consecuencia muchas veces corrupta, de los sistemas jurídicos del mundo entero. Sin embargo no pudieron trascenderlo. Todo lo contrario, el movimiento revolucionario se amparó en el marxismo el cual carece de una completa doctrina en filosofía. "No ha sido posible a partir de la metodología elaborada por Marx, establecer una línea de investigación y reconstrucción histórico-teórica en torno al Derecho, que sea siquiera, en cierto modo comparable, por su valor crítico, a la seguida por Marx en la economía política de El Capital". Para más gravedad, la izquierda internacional del siglo XX cometió el error histórico de someterse al liderazgo - quizás primero por las influencias de la Revolución de Octubre, devenida después, con el Stalinismo, en una pesadilla y también por lógica consecuencia de la Guerra Fría - de la extinta Unión Soviética, la que como todos los demás países socialistas, pecó siempre de revisionismo, de esquematismo, de formalismo, dogmatismo, y sobre todo de una perversa arbitrariedad justificada en la "dictadura del proletariado", que heredaba el cruel y autocrático sistema institucional ruso, que le impide al hombre el derecho natural a pensar, al consagrar constitucionalmente que el Partido Comunista es quien dirige y orienta a la sociedad, estado y gobierno.
Es la intelectualidad de izquierda que por sus prejuicios ideológicos, por oponerse a las políticas imperialistas de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, ignoran que la Constitución de Jefferson, es la única en el mundo que hace al hombre soberno de sí mismo y al estado en su instrumento, y por tanto el presidente puede ser juzgado por los tribunales y un juez de la menor jerarquía puede declarar incostitucional a una ley, y evitar una guerra civil.
Tras el triunfo de la Revolución de Octubre, Lenin implantó la "dictadura del proletariado", sin proletarios (Rusia era, en pleno siglo XX, un estado feudal) y rápidamente degeneró en la dictadura de la burocracia del Partido Comunista. La tripartición de poderes de Montesquieu, fue considerada un aporte dañino de la revolución burguesa, que había no sólo que ignorar, sino que aplastar.

Abierta la Escuela de Derecho, a mediados de los años setenta a la nueva generación, comenzaron a integrarse a la vida judicial del país, a principios de los años ochenta, jóvenes ajenos a las culpas que crearon las causas del último drama nacional. Eran los tiempos en que aún quedaba vivo el recuerdo de un capitalismo despiadado, sin plena conciencia de la función social de la propiedad, y en el que, paradójicamente, se afirmaba en los resultados, la incapacidad del sistema socialista de producción y su centralizada planificación.
Este es el drama de la revolución devenida en marxista-leninista. Los hombres que pretendieron dominar la historia caen víctima de ella. Sepulta al hombre en sus circunstancias. Y es que para el estalinismo, método de gobierno de todos los países donde se desarrolló el mal llamado "socialismo real", la meta y aspiración liberadora y desalineadora cedió ante el avasallador movimiento inmediato. La necesidad del momento se convirtió en virtud de validez general, cercenando las posibles perspectivas humanistas.
Todo cambio comienza con la revolución pacífica de los valores de conciencia propia, clarificando los fines de nuestra conducta, sometiéndonos al escrutinio de la autenticidad.
En un debate desarrollado en la Habana, reflejando la crisis ideológica que en el campo del derecho plantearon los miembros de la Carriente Agramontista, el Profesor Titular de la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana, Dr. Julio Fernández Bulté (Controversia: ¿Qué esperar del Derecho?. Revista Temas, No.8,1997, pag.80. La Habana, Cuba.), reconocía "la falta de una completa doctrina del pensamiento marxista en jusfilosofía." Y continuaba: "[s]i examinamos la elaboración de ese pensamiento marxista, comprobamos que pecó casi siempre de revisionismo, de esquematismo, de formalismo - cuando no de dogmatismo...lo cual redujo casi toda la concepción del marxismo a que el Derecho es un simple reflejo de las relaciones económicas, con lo cual se olvidaron las mediaciones que hay entre los hechos económicos y la elaboración jurídica de estos, y se hizo un flaco favor al logro de un concepto rico y verdaderamente dialéctico del derecho."
En el mencionado debate, el ex Fiscal General de la República, Dr. Ramón de la Cruz Ochoa, haciendo alarde de desfachatez y de la falta de recursos éticos con que cuenta el régimen castrita y la grave crisis de valores que enfrenta el sistema, respondió: ..."me parece encontrar una especie de llamado a engrandecer el papel del Derecho y de los juristas en nuestra sociedad, a otorgarle un papel protagónico. Debo decir que no creo en nada de eso." A lo que Fernández Bulté respondió con la brillantez que le caracteriza: ...[e]l derecho no puede ser utilitario, porque no todo lo útil es ético ...[t]ambién puede ser un instrumento de autoritarismo, porque Derecho también eran las disposiciones de los zares de Rusia." A lo que Ramón de la Cruz replicó con su carácter de inquisitivo: "[a] mi, tu planteamiento me suena mucho a neojusnaturalismo." "Si nos colocamos más allá de la dicotomía entre Derecho positivo y el natural -concluyó Fernández Bulté - podremos apreciar lo positivo del jusnaturalismo: la inconformidad y la rebelión con lo que está normado y la aspiración deontológica a algo superior. Desde esa posición acepto y suscribo ese jusnaturalismo."
En la posmodernidad, el derecho es valorado y reconocido en lo que es: una ciencia social autónoma capaz de ejercer su imperio al servicio de la pluralidad política y social de la nación, en virtud de un poder judicial verdaderamente independiente, procurador de sus propios funcionarios, al margen de ideologías o intereses políticos coyunturales.

La nueva era hace innecesario a los iluminados, los mitos, las ideas preconcebidas; el mundo entero está ahí, en nuestras computadoras. No es necesario un tendencioso partido que nos oriente, sino un estatus que nos garantice la libertad individual de elegir, confiando en la capacidad genial de discernir la mejor opción que tiene el hombre informado, el hombre posmoderno. Las garantías ciudadanas, los derechos del individuo, la libertad del hombre es más importante que la soberanía de los estados, porque en fin, el hombre no es medio para fin alguno, el fin es el hombre.
El viejo y ahora estrecho concepto de república, ya no es una esperanza humanista. Son necesarios nuevos mecanismo integracionistas en una magnitud dialécticamente superior a los hasta el presente conocidos; esencia que los partidos políticos tradicionales no han podido, ni podrán expresar jamás sí no despojan sus discursos de ideologías e incorporan la pluralidad humana y social, lo que los llevará a una constante política de diálogos y concertaciones, en virtud de las ciencias, las artes y el sentido común, ajena a la tradicional voluntad de ganar las elecciones y "toma del poder"
LOS ESTADOS Y LOS GOBIERNOS EN LA POSMODERNIDAD

En Nuestra America históricamente los pueblos no han podido ver a los estados y gobiernos como un conjunto de instituviones a su servicios, sino como instrumentos de poder, sometimiento, estructuras de corrupción, en fin, como sus enemigos. Y es logico que asi sea. Nuestros pueblos no llegaron a darse las instituciones que necesitaban para una mejor vida, sino que fuerzas foraneas, obedeciendo a sus intereses implantaron estados y gobiernos agenos a los intereses de los autoctonos. En consecuencia cuando hablamos de ejercer las funciones de estado, decimos "ejercicio del poder". No lo vemos como un servicio publico. Los pueblos miran entoncers a sus politicos con desconfianza y estos ven en los gobiernos la posibilidad de someter al adversario, de lucrarse, porque ellos mismos, no tienen plena conciencia de la funcion social de los estdos y los gobiernos. Estas circunstancias, entre otras, han hecho ineficaz la concepción tripartita de poderes. Por tanto necesario un cambio de mentalidad de los pueblos con relacion a cúal es la funcion de los estados y gobiernos, así como un cambio de mentalidad en nuestros politicos.

Este es un principo de la modernidad que nunca apreciamos y que en nuestras era cobra mayor significado. En un mundo sin fronteras nacionales, sin distancias, rompiendo las defensas de los viejos y nuevos marginados, será necesario crear las instituciones que, interiorizadas por los individuos les faciliten lo más posible el acceso a su autonomía individual, y la posibilidad de participación efectiva en cualquier poder explícito que exista en la sociedad.

Hacer al hombre principio y fin, libre, aún cuando sus gobiernos no lo sean, de lo contrario no estaremos a la altura de la historia, y frustrados unos y desesperados otros continuaremos en este mundo de violacion de los derechos humanos, de afrenta a la dignidad humana, del irrespeto de la dignidad del trabajo ante el capital, de explotacion, marginalidad, de drogas, con el horrendo método del terrorismo. Pues "donde falta el trabajo nace el crimen", afirmaba José Martí.

En la era posmoderna los gobiernos deben proteger ciertos derechos inalienables que brotan de la misma naturaleza del hombre. Derechos que no se destruyen cuando se crea la sociedad civil, y ni la sociedad ni el gobierno pueden anular ni alinear - so crimen contra la naturaleza humana - pues cada individuo los posee por el hecho de existir. A los mismo deberá ir sumando - el hombre es un ser social - el derecho al trabajo, la salud, la cultura, la vivienda, una vida decorosa, derechos que, a diferencia de los derechos básicos, necesitan de la intervención de los gobiernos. Es el tiempo en que los gobiernos no le conceden a los hombres sus derechos básicos, esos son inherentes a la naturaleza humana, sino que las constituciones de los estados PROHÍBAN a los gobiernos interferir en el disfrute de los ciudadanos de tales libertades.

"La miseria no es una desgracia personal, es un delito público" decía José Martí y continuaba: ..."remediar la miseria innecesaria es un deber del Estado"... El papel de los gobiernos, como representantes del bien común, de la sociedad, será más importante que nunca antes en la elaboración de políticas públicas, de programas sociales que garanticen una vida digna para todos, requisito imprescindible para la necesaria estabilidad política que garantice las inversiones foráneas.

UN ESTADO CON CINCO PODERS INDEPENDIENTES.

Para Cuba, como en toda latinoamérica el concepto occidental de la Tripartición de Poderes ha resultado insuficiente. La corrupcion de los funcionarios y utilizar el estado como instrumento de sometimiento ha sido la verdad histórica. En consecuencia el país necesita un sistema de pesos y contrapesos institucionales, donde cada cuerpo sea elegido por la voluntad soberana de los ciudadanos, a fin de que garantice la pulcritud en el manejo de la cosa póblica y garantice los derechos de los ciudadanos.

1) PODER JUDICAL.
El Poder Judicial. Su función debe ser impartir justicia, interpretar las leyes y velar por la constitucinalidad de las mismas, así como la de los demás actos de cualquiera de los poderes del estado. Beberá tener profesionales de carreras y otros elegido por los ciudadanos, a fin de que exista un valence entre funcionarios que deben responderle al pueblo directamente y aquellos que deben ejercer su magisterio sin tener que estar atento a las coyuntusas economicas, politicas y sociales.

2) PODER LEGISLATIVO

El poder legislativo deberá ser elegido democraticamente por la voluntad ciudadana y sus funciones seran legislar e investigar a los fines legislativos.

3) PODER EJECUTIVO

El Poder Ejecutivo, será el encargado de desarrollar la obra de gobierno, dentro de los marcos institucionales y legales vigentes.

4) PODER FISCAL

El poder Fiscal deberá ser un garante de la legalidad. Velar por la pulcritud de la administración pública y los derechos de los ciudadanos. Debera auditar, controlar, fiscalizar y encausar a personas naturales y jurídicas.

5) PODER ELECTORAL.
El Poder Electoral será el encargado de certificar a cada funcionario en el puesto que ha ganado por oposición, en virtud de un mejor derecho, o para el que ha sido elegido en virtud de la voluntad ciudadana. Debe ser una garantía en contra del nepotismo, las influencia y la incapacidad.


EL SOBERANO ES EL HOMBRE

El hombre no es medio para fin alguno aunque éste sea el bien intencionado propósito de construir un paraíso en la tierra; el fin es el hombre. Desde las sagradas escrituras sabemos que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, que el sábado es para el hombre, no el hombre para el sábado.

En un principio, cuando el hombre no se explicaba los fenómenos, el soberano era la voluntad divina. El surgimiento del Estado y la invención del Derecho, en fin, el poder constituido de los hombres sobre la tierra, hicieron nacer el concepto clásico de Soberanía de Bodino: "[e]l poder supremo sobre los ciudadanos y los subditos no sometido a las leyes". Surgió como un elemento defensivo de los estados contra el poder de la Iglesia y los señores feudales, después para extender el poder de los estados hasta llevarlo a planos absolutos.

El principio de soberanía tiene dos vertientes: una interior, que se proyecta sobre los elementos que habitan dentro de las fronteras donde se ejerce, justificando y exigiendo obediencia al poder del estado en virtud de su titularidad; y otra exterior, como expresión de legitimidad, pues en realidad no exige que todo el poder se edifique sobre el consentimiento de los ciudadanos sino que se presente como representante de la sociedad.

El principio de Soberanía Nacional ha servido de fundamento para que el pueblo se limite a elegir cada cierto, y muchas veces inciertos, números de años, a quines han de formar la voluntad nacional con plena libertad, mientras el principio de de Soberanía Popular, legitima el poder estatal sobre el axioma de su titularidad por el pueblo, asentado en el consentimiento de los ciudadanos, quienes podrán determinar la acción de los elegidos. El principio de Soberanía Popular ha quedado vinculado históricamente al sufragio, al imperio de la ley, a un entendimiento de la democracia en que la participación del ciudadano no puede quedar reducida a elegir a sus gobernantes cada cierto número de años, sino a condicionar las decisiones de éstos.
Sin embargo, el "poder constituido" del pueblo o el más falsamente llamado "poder del pueblo" se confunde maliciosamente por los gobernantes, con el principio de Soberanía Nacional - gracias a la madre de los estados modernos, la revolución francesa, que consagró en La Constitución de su V República que "[l]a soberanía nacional pertenece al pueblo frances, que la ejerce por medio de representantes, por la vía del referendum". En fin, estos "elegidos" se han constituidos en los soberanos representantes del pueblo en vez de ser los represdentantes del pueblo soberano.

En consecuencia la voluntad del pueblo ya no es la suma de la voluntad de cada uno de los ciudadanos, sino la de sus representante elegidos desde y por años -, limitando el derecho de cada ciudadano a participar creadora y responsablemte en la solución de las siempre novedosas y crecientes encrucijada que nos depara el devenir.

Un retroceso histórico del derecho del hombre a la soberanía lo constituyó la presunta Revulición Socialista de Octubre, la que por inspiración de Lenin, impuso la facultad de un ente incorporeo, una ficción jurídica, el Partido Comunista, de dirigir y orientar a la sociedad toda hacia la conquista de la sociedad ideal; el comunismo. Tal aberración jurídica esta consagrada hoy en Cuba, en el artículo 5 de La Constitución Socialista.

En consecuencia, la conciencia jurídica de nuestro tiempo, los sistemas jurídicos de los diferentes estados y el órden internacional vigente resultan inconsecuente con una nueva era que dota a cada hombre de la información necesaria, para que actue sabia y responsablemte en la solución de los problemas de un mundo contingente y fortuito.

El aparato del estado, los partidos políticos, las doctrinas tienen los intrumentos jurídicos que les permite sustituir al hombre. Más [e]l primer trabajo del hombre es reconquistarse." No se trata del acto extraordinario de imponerse a los otros hombres, de ser el encargado de iluminar a los demás. Se trata del derecho y el deber natural de cada ser humano de defender su individualidad, su espiritualidad. "Ni originalidad literaria cabe, ni la libertad política subsiste mientras no se asegure la libertad espiritual." Porque la primera libertad, base de todas, es la mente. Y realizarse, además, en armonía con la sociedad - esa que no es la colectividad abstracta, sino la suma de los individuos-, porque el hombre es un ser social. Hace casi cuatrocientos años, Cervantes en unos veros del nivel de su prosa expresó:
y he de llevar mi libertad en peso
sobre los propios hombros de mi gusto
"!La libertad en peso!" - lo que hace suponer que causa alguna pesadumbre- es algo que brota de uno mismo, complace y a la vez cuesta trabajo y exige responsabilidad. En el fondo se trata de la verdad como autenticidad. No la del decir ni la del pensar, sino la verdad de la vida, esa coincidencia de consigo mismo y la naturaleza. Cuando el hombre no sostiene su libertad se miente a sí mismo.
Confundir las voces con los ecos, sostener silencios en apariencias de decoro es contribuir a la desorientación de los que quizás no tengan recursos para descubrirse a sí mismos. Claro es necesario una dosis de clarividencia, de sinceridad con uno mismo, de decencia, una capacidad de distinguir, de discernir que no es universal. La salvación está en nosotros mismos, recordar el verso de Cervantes; "tu mismo te has forjado tu ventura".
El héroe y mártir por la independencia de Cuba y la liberación de los cubanos, Ignacio Agramonte, ante sus profesores en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana, ya en 1862, dijo: ..."[e]l individuo mismo es el guardián y soberano de sus intereses, de su salud física y moral; la sociedad no debe mezclarse en la conducta humana, mientras no dañe a los demás miembros de ella. Funestas son las consecuencias de la intervención de la sociedad en la vida individual; y más funestas aún cuando esa intervención es dirigida a uniformarla, destruyendo así la individualidad, que es uno de los elementos del bienestar presente y futuro de ella ... Que la sociedad garantice su propiedad y seguridad personal son también derechos del individuo, creados por el mero hecho de vivir en sociedad"...
"La centralización hace desaparecer ese individualismo, cuya conservación hemos sostenido como necesaria a la sociedad... se comienza por declarar impotente al individuo y se concluye por justificar la intervención de la sociedad en su acción, destruyendo la libertad, sujetando a reglamentos sus deseos, sus pensamientos, sus más íntimas afecciones, sus necesidades, sus acciones todas. El Estado que llegue a realizar esa alianza (del orden con la libertad) será modelo de las sociedades y dará por resultado la felicidad suya, y en particular de cada uno de sus miembros; la luz de la civilización brillará en él en todo su esplendor."
"Por el contrario, el gobierno que con una centralización absoluta destruya ese franco desarrollo de la acción individual, y detenga la sociedad en su desenvolvimiento progresivo, no se funda en la justicia y en la razón, sino tan sólo en la fuerza; ya el Estado que tal fundamento tenga, podrá en un momento de energía anunciarse al mundo como estable e imperecedero, pero tarde o temprano, cuando los hombres, conociendo sus derechos violados, se propongan a reivindicarlos, oirá el estruendo del cañón anunciarle que cesó su letal dominación"
La interioridad del hombre, su espiritualidad, su conciencia es sagrada. Violársela sería mutilarlo en plena vida. Al hombre no se le puede conducir por cánones, doctrinas, ideologías hacia un fin predeterminado, aunque éste sea el bien intencionado camino de la sociedad ideal, porque sería convertirlo en un instrumento. En la posmodernidad el hombre necesita la plenitud de su individualidad, el afianciamiento de su capacidad de discernimiento, ante la avalancha de información y tendenciosidad, que con inmediatez nos lanzan los medios de comunicación. No es el tiempo de un modo de ser o aparentar, que una moda, expresión de cierta clase o distingo, ejerza su imperio. Es la era en que cada individuo refleje su propia individualidad. En la posmodernidad no impera una idea, una moda, sino que circula la información, reina la individualidad a fin de su plenitud y a partir de ella la donación, las concertaciones, la socialización, la trascendencia.

UN DISCURSO TRASCENDENTE

La Nación Cubana -esa que siempre ha vivido en los dos aleros del Estrecho de la Florida- se encuentra dividida hoy como nunca antes, más que por el accidente geográfico, por fronteras estatales, sistemas jurídicos, economías, ideologías, intereses, y rencores que tienen sus causas en tiempos históricamente pasados.

El Santo Padre, en su mensaje a la Jornada Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero de 1997, expresaba ..."No se puede permanecer prisionero del pasado: es necesaria, para cada uno y para los pueblos una especie de "purificación de la memoria", a fin de que los males del pasado no vuelvan a producirse más".

No se trata de olvidar el pasado -todo lo contrario- sino de releerlo a la luz de las nuevas circunstancias, juzgarlo con los valores de la nueva era, con sentimientos nuevos, aprendiendo precisamente de las experiencias sufridas. Sólo el amor construye; el odio es destrucción y ruina.
El Padre José Conrado Rodríguez, ex párroco de Palma Soriano, en entrevista concedida al periodista José Alfonso Almora, del Canal 23 de Miami y publicada en la revista Ideal No. 276, expresaba: " Nosotros somos un pueblo herido por las divisiones y la violencia, por la desconfianza, por la sospecha. Nos hemos refugiado tantas veces detrás de la máscara del temor, porque el temor nos ha hecho fabricar muchas máscaras... Necesitamos alguien que nos convoque en nombre del amor. Nosotros vivimos prisioneros del pasado, prisioneros de nuestros odios y nuestros miedos, desconfiando unos de los otros, los de la isla de los de afuera, los de afuera de los de adentro de la isla... Necesitamos a alguien que nos mire a los ojos y nos diga: levántate y hecha a andar. Y no en nombre de una ideología sino en nombre de Aquel que pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos"

Es imprescindible generar confianza, discutir contenidos, inventar el futuro, articular estrategias, promover fuentes de acción, aprovechar los momentos de verdad (las verdades no son eternas), reconocer con sinceridad, mantener la atención, crear conciencia (en virtud de conocimientos), obtener pequeños resultados para lograr grandes cosas y cerrar con el pasado.

El instrumento para llevar a cabo una agenda de cambios coherentes es la eficacia del discurso. Una realidad nueva exige novedad en el lenguaje. La clave para crear una nueva realidad descansa en comunicar compromisos y hacerlos realidad palpable. A pesar de que hace más de cien años José Martí, a quien ya los soldados en armas llamaban "Presidente", sólo se consideró un "Delegado" de los que dentro de la isla entregaban su vida a la causa de la libertad, y a tales fines se encargó de recabar, centavo a centavo, recursos para sostener la "guerra necesaria".

El caudillismo - cáncer de nuestra historia- nos hace ver a nuestra propia tendencia como la única salvadora, conviertiéndonos en adversarios de nuestros compañeros. No marcha sin tropiezos quien en vez de mirar al frente pone los ojos por sobre los hombros. No tiene futuro el proyecto político que pretenda evitar algo, en vez de vislumbrar el porvenir. "Es necesario todavía hacer una revolución, que no haga Presidente a su caudillo. Una revolución contra las revoluciones. El levantamiento de todos los hombres pacíficos -soldados solamente una vez- para que ellos, ni nadie, vuelvan a serlo jamás", avizoró el apóstol José Martí.

EL MOVIMIENTO CUBANO PARA LA POSMODERNIDAD

El hombre, en realidad, es producto de las condiciones históricas de una época determinada, de las tendencias de la época que vive, de las orientaciones de la cultura donde se encuentra inmerso, del sistema económico que lo envuelve, de la organización social que pretende dominarlo, de la sensibilidad que se agita en su alma, y del lugar que ocupa en la pirámide social del mundo en que se envuelve. Vicente Aleixandre nos daba esa naturaleza social del hombre en estos versos:

No te busques en el espejo
en un extinto diálogo que no oyes.
Baja, baja despacio y búsquete entre los otros.
En su artículo Nuestro Deber, aparecido en periódico El Fígaro, el día 3 de junio de 1902, Enrique José Varona, expresaba: "[e]l conocimiento pleno de lo que, en cada ocasión, constituye nuestro deber es una fuerza incomparable. La causa de los más tremendos conflictos, y por tanto de la mayor flaqueza, en la conciencia humana es, las más de las veces, que vemos confusamente lo que debemos hacer y titubeamos en reconocer la ruta que el deber nos señala." Y continuaba el Maestro, ..."la más alta dignidad cívica estriba en respetar el derecho." Por supuesto Enrique José Varona no cree que haya dignidad en el respeto a ese derecho como instrumento de voluntades dominantes y transitoria, sino de ese derecho negado por los positivistas de derecha y los positivistas de izquierda (los Stalinistas), que concibe al derecho como una ciencia, con valores propios, capaz del equilibrio, lo justo, lo bello, en fin, creador de más naturaleza. El presidente de Checoslovaquia, en su obra "El poder de los sin poder" expresa: "[t]odo ese complejo estático de los partidos políticos de masa (...) cuya finalidad acaba en ellos mismos (...) difícilmente pueda ser considerado como vía que llevará al encuentro de nosotros mismos."
LA CORRIENTE AGRAMONTISTA

En consecuencia con estas novedosas realidades e exigencias, constituimos La Corriente Agramontista. No es una agrupación ideológica de hombres pertrechados en una doctrina que, en virtud de una voluntad heroica pretenden, como fin primero y último, imponer un proyecto político, ni se constituye para defender una determinada clase social - "!dígase hombre y se ha dicho todo!"-, ni interés nacionalista alguno: "Patria es humanidad". Es una corriente de pensamientio, un Movimiento de movimientos. Se fomenta con el propósito de estimular la creación individual y colectiva, instrumentar vías de comunicación, procurar espacios para las concertaciones, defender la dignidad, la vida humana, la naturaleza, la igualdad de posibilidades, la solidaridad y el respeto a otras opiniones.

La Corriente Agramontista no es una idea, es un valor. No es una organización política, es un actitud en virtud de la conciencia de una nueva necesidad histórica. Muertos los mitos, derrotadas las ideologías, innecesarios los iluminados, demostrado que la realidad es mucho más rica que cualquier idea preconcebida, que el primer escalón del porvenir es el presente, el hombre debe estar capacitado para discernir la complejidad de una nueva era histórica y buscar soluciones dignas a cada encrucijada, con la responsabilidad que exige el peligro de lo nuevo, y la alegría de haber nacido como seres sociales a fin de contribuir, con la plenitud del hombre y la solidez de la sociedad al afianzamiento de los valores nacionales y a la integración de Cuba al mundo. Ello exige una nueva concepción de la sociedad, el estado y el derecho.

jueves, octubre 04, 2007

CUBALIBREDIGITAL ACERCA DE LA NUEVA CONCEPCION DE LA SOCIEDAD, EL ESTADO Y EL DERECHO

Estimado Faisel:

Acabo de leer la respuesta de Héctor respecto al formidable ensayo que has hecho sobre la legaldiad cubana, su historia y futuro, con propuestas específicas para la Cuba democrática.

Te estoy debiendo una lectura detallada del documento, pero ahora que lo publiqué en www.cubalibredigital.com como artículo, le dí una lectura rápida y encontré algo que quiero sugerirte, sin demeritar la propuesta. Propones 5 poderes, pero creo que hay dos de ellos, por decirlo de laguna manera, los inéditos en tu propuesta para el caso cubano, que a mi juicio son parte (filosóficamente hablando) del Poder Judicial y serían el Poder Fiscal y el Electoral.

No creo que deban ser independientes como poderes, al nivel del Judicial, el Ejecutivo y el Legislativo.En Brasil, donde vivo, existen Instituciones fiscales independiente de los ejecutivos, legislativos y judicial, ejerciendo a todos los niveles, con su Fiscalía General de la República que no depende de nadie, así como existen Tribunales Electorales también a todos los niveles (con su Tribunal Superior Electoral) totalmente independientes pero son vistos como parte de la necesaria atención a la legalidad y la aplicación de justicia correspondiente al Poder Judicial, que tiene un Tribunal Supremo, como instancia judicial máxima, por encima de todos los niveles de justicia y que incluyen al electoral y que representa (a mi modo de ver) la aplicación máxima de justicia del Poder Judicial en todas sus especialidades, sin necesariamente tener que crear otros dos poderes del área jurídica.

Personalmente veo la propuesta (lo digo con toda sinceridad) como una potencial hipertrofia (innecesaria) del sector jurídico, propuestas por especialista en el área jurídica, que de manera sana y honesta quieren jerarquizar un área importante, pero que no aporta (filosóficamente hablando de nuevo) nada nuevo (como Poder, no como Instituciones independientes de otras, lo cual sería muy beneficioso, repito) porque los Poderes (los 3 tradicionales) tienen funciones muy diferentes y estos dos nuevos propuestos tienen funciones típicas del Poder Judicial, sólo que trabajando en áreas específicas (claro que importantes, pero no diferentes funcionalmente a la responsabildiad final del Poder Judicial: la aplicación de justicia y el cumplimiento de las leyes).

El Poder Legislativo por ejemplo, se ha desdoblado (en muchos países, como EUA y Brasil) en dos Cámaras, la Alta y la Baja, pero eso no significa que sean dos poderes diferentes, aunque tienen responsabildiades distintas, su caracter funcional es básicamente el mismo (hacer, crear y discutir las leyes) como lo serían los dos poderes nuevos que propones en el área judicial, que lo que harían sería aplicar y velar por la legalidad, sólo en áreas diferentes de un mismo Poder.

Te digo todo esto, porque en las concepciones filosóficas a este respecto, los abogados deben escuchar los criterios independientes, porque las Constituyentes siempre estarán formadas por abogados y no abogados, ya que lo que se discutirá en una Constituyente será la filosofía constitucional y no directamente la redacción legal y ese es el caso del tema que te toco en esta.Reitero mi admiración por tu trabajo, y este enfoque que aquí doy, no demerita en lo más mínimo el extraordinario esfuerzo que has hecho concretando propuestas valiosas para el futuro.

Un fuerte abrazoJ

Jorge Hernández Fonseca

miércoles, octubre 03, 2007

APOYODE HECTOR PERAZA A LA PROPUESTA DE UNA NUEVA CONCEPCION DE LA SOCIEDAD, EL ESTADO Y EL DERECHO CUBANOS

Hermano Faisel Iglesias:

Lo leí de cabo a rabo. Amo toda idea o propósito que tienda a unir a los que luchamos por la libertad y la democratización de nuestra Patria. Tu ensayo reboza unidad. Sería muy positivo, a mi juicio, que se debatiera en foros y sites y en reuniones patrióticas dentro y fuera de Cuba.
Que se le añadieran y quitaran aquellos aspectos que lo merezcan, pero que se mantenga su estructura esencial, su proyección, su objetivo supremo: que la libertad jamás vuelva a serle violada al cubano. Eso es ir a nuestras más profundas raíces históricas: Sacando aquellas que el fermento de momentos calientes del pasado haya envenenado ('purificación de la memoria'): Mirando al futuro: Con los pies en lo mejor de nuestro patriótico, digno y ejemplar ayer histórico: Construyendo un edificio político, social, económico y jurídico indestructible para el bien secular de nuestras futuras generaciones: Permitiendo que se abran las compuertas por donde emerja la pujanza incontenible del espíritu emprendedor del cubano, que convierta a nuestro país, en la era post-castrista, en la nación más próspera, tanto en lo material como en lo espiritual y lo moral, de la tierra. A todo eso apunta tu ensayo.
Cuando la madre enferma gravemente y cae en cama, sus hijos e hijas corren a verla. Luego, se reúnen. Uno dice: Yo me encargaré de buscarle el mejor médico. Otro: Yo la llevaré en mi automóvil a cuánto hospital o visita médica tenga que ir ella. Otro: Yo no me moveré del pie de su cama y le atenderé constantemente. Otro: Yo le haré llegar los mejores alimentos. Otro: Yo removeré cielo y tierra si es necesario buscándole las mejores medicinas. Otro: Yo rezaré día y noche por su pronta recuperación. Otro: Yo vendré todas las tardes a acariciarla y llenarla de mimos y a darle muchos besos en la frente. Otro: Yo buscaré a los mejores especialistas del mundo para que nos garanticen que nuestra madre nunca más volverá a ser víctima de tan cruel enfermedad. Cada hijo ofrece lo mejor que tiene para salvar a la madre.
La Corriente Agramontista la veo como el último de los hijos, en el simil que antecede. Los felicito. Si los hijos de nuestra madre enferma nos dedicamos, como ustedes y muchos otros hermanos, a levantarla para siempre de su lecho de enferma, pronto la madre de todos los cubanos comenzará a recuperarse y dentro de unos pocos años será la madre más saludable del planeta. Cada cual en su sitio, desde su sitio, con su sitio y en pro de su sitio, pero con un mismo objetivo: salvar a la madre Patria, la madre de todas las madres cubanas, desde las madres de Guamá y Hatuey, hasta las madres de los más de trescientos presos políticos actuales y hasta las madres de los actuales trece millones de cubanos.
Tu ensayo me remueve ideas que, no obstante no ser abogado, bailan en mi mente hace más de diez años. ¿Qué debemos hacer los cubanos del post-castrismo para garantizar a las generaciones futuras que Cuba nunca más podrá caer en los errores del pasado? Tenemos que ser conscientes de que, por mucho que se haga para impedirlo, surgirán errores. Pero Sí es Necesario, Vital, Imprescidible, adoptar las medidas que Impidan que en nuestra tierra se repitan los errores que han dado lugar, en varias etapas de nuestra historia republicana, al establecimiento de tiranías de uno u otro sesgo. ¿Tendremos que hacer algo que esté por encima de los poderes? ¿Algo indestructible? ¿Algo que emane directamente del pueblo? ¡Algo que nada ni nadie pueda cambiar en su esencia de libertad individual y democracia absoluta! Algo que nos dé cientos de años de la más genuina y firme estabilidad económica, jurídica, social y política.
¡Algo que Impida que vuelva a surgir en Cuba un Caudillo! ¡Eso: jamás! Ese algo debe contemplar también cómo hacer imposible, aunque la naturaleza humana lo niegue, que puedan existir en un futuro en nuestro plaís gobernantes, jueces o militasres corruptos. Sólo permíteme tomarme la libertad de aconsejarte, hemano, que, para que el ensayo llegue a más cubanos, por no decirte, a la totalidad de los cubanos, que, estoy seguro, para tí sería lo más deseado, le suprimas o sustituyas ciertos términos demasiado específicos de la jurisprudencia, a menos, que tu interés principal es que llegue a ser debatido o conocido, sólo, o principalmente, por abogados o personas con cultura en esta compleja profesión, tan vieja, como bien lo tratas en el texto, como la propia historia de la humanidad. En particular, por citar algo que me llamó en tal sentido la atención, hay dos párrafos que elevan demasiado el lenguaje técnico o especializado. Me refiero a uno que comienza: 'En un debate desarrollado en la Habana' y, el párrafo que le sigue y que termina: 'suscribo ese jusnaturalismo'. Disculpa te pido si me meto en terrenos que tú conoces infinitamente mucho mejor que yo. Me pedistes que te hiciera sugerencias. Esa es una. ¿A quién corresponderá sentar las bases de las leyes que regirán la Cuba post-castro? ¿El pueblo eligirá a los jueces? ¿Los jueces eligirán a los jueces? ¿QUË HAREMOS PARA EVITAR QUE UNA FUTURA CONSTITUCIÖN BLOQUEE, COMO EN Estados Unidos, el surgimiento de un tirano? Espero perdones si mis apreciaciones pecan de ingenuidad. Las he hecho de corazón.
Como sabes, quizás, he hecho un llamado ALDABONAZO A LA CONCIENCIA UNIVERSAL por medio del cual pido a los cubanos en particular, y a cualquier ciudadano del mundo, exprese su solidaridad con la lucha del pueblo cubano por alcanzar la libertad y la democracia. Te envío el llamado. Puedes leer, tanto en la página disidenteuniversal.org, como en cubademocraciayvida. Si lo lees y te parece bien, te ruego me envíes un mensaje de apoyo al mismo para publicarlo y, te pido, también, si puedes hacerlo, divulgues el comunicado entre tus allegados, sean cubanos o no, en los sites o blogs a los que tengas acceso, así como en los medios de comunicación a tu alcance. Cualquier persona puede enviar un mensaje de apoyo. El llamado no excluye a nadie. Ni a ningún cubano que ame a su Patria y la quiera ver libre y democrática, ni a ningún extranjero que desee manifestar públicamente su apoyo a esa justa y noble causa. Puede suscribir el comunicado, desde un taxista de Berlín o Costa Rica, por ejemplo, hasta un esquimal del polo norte o un habitante del Tibet. No excluye razas ni credos ni sexos ni edades ni profesiones u oficios ni situaciones sociales, políticas o económicas. La idea la concebí y la lancé a través de cubademocraciayvida que me ofreció su site para hacerlo. Pero la idea debe extenderse por cuánto medio de comunicación, digital, impreso, televisivo o radial, sea posible. Un fuerte abrazo, y mi admiración, respeto y gratitud como cubano, a la Corriente Agramontista de la cual tienes el honor de ser uno de sus fundadores.
Te autorizo a que publiques este email en donde estimes conveniente.
Un fuerte y patriótico abrazo.
Héctor Peraza Linares,
de Octubre de 2007

lunes, marzo 26, 2007

"EL OLOR DE LA TIERRA" DE FAISEL IGLESIAS


Por el Dr Andrés Candelario**


Parecería redundante decir que la novela de Faisel Iglesias "El Olor de la Tierra", puede incluirse en la clasificación literaria de "novela de la tierra" sin embargo creo necesario hurgar un poco en esa "tierra". Al decir "la tierra" usamos el termino en su más amplio significado geográfico y simbólico, como seguramente lo usó el autor al titular su obra de esa manera. Representa lo telúrico, las raíces que emanan de una determinada región, la fuerza avasalladora o fascinante de la naturaleza sobre los seres que la habitan, pero también las circunstancias históricas y socio-políticas que los arropan y los dominan.
Esta operación de pinzas entre el mundo natural y las circunstancias sociales, económicas y política empujan al drama, protagonizando por las vidas sencillas de los moradores de una región o de un país. No se escapa a esta novela - porque también en el fondo es una novela de denuncia - de la exposición de principios y creencias, manifestada a través de los conflictos, las luchas y los sufrimientos en que se ven envueltos sus personajes, típicos, por supuesto del realismo social, corriente literaria en que también se inscribe por derecho propio "El Olor de la Tierra". Dentro de la corriente de ese realismo social de larga data en la literatura latinoamericana, "El Olor de la Tierra" constituye, al menos hasta donde yo sé, el primer acercamiento crítico al sistema socialista desde las entrañas del campesino, por ser a mi juicio la primera obra narrativa que denuncia las falsas promesas y la traición de la Resolución Cubana a sus propios postulados de redención a la clase pobre campesina.
Cuando repasamos la narrativa cubana de denuncia a la dictadura castro-comunista sólo encontramos los escenarios urbanos donde los protagonista son martirizados y vejados en las cárceles, acosados por los Comité de Defensa de la Revolución, aplastadas sus libertades por la burocracia estatal o por la Seguridad del Estado, por la ausencia total de esperanza en una nación sin futuro que obliga a sus hijos e hijas a escapar en cualquier cosa que flote hacia la "libertad", a costa muchas veces de sus propias vidas. Autores como Guillermo Cabrera Infante ( recientemente fallecido en su exilio londinense), Reinaldo Arenas (desaparecido por su propia mano en el exilio newyorkino), seguramente los dos escritores cubanos más importantes, no sólo del exilio, Zoe Valdez en su exilio francés, Juan Abreu en su exilio español, Antonio Benitez Rojo, (recientemente fallecido en su exilio de Massachusetts), Rosario Hiriarte en su exilio Neoyorkino, todos ellos han ubicados sus narraciones en diferentes barriadas habaneras, lejos de la dramática realidad del mundo campesino revolucionario, que ha permanecido intocado por nuestros autores más destacados, porque desde luego no era parte de sus vivencias de primera mano, ni era posible investigarlo desde el exilio. Por otro lado la narrativa de Leonardo Padura y Pedro Juan Gutiérrez profusamente publicados en el exterior, ambos escritores todavía en Cuba, sus personajes malviven y sufren sus insignificantes vidas en las zonas marginales de La Habana, pero su crítica social no llega a tocar las estructuras políticas del régimen.
Al encarar la naturaleza emblemática de "El Olor de la Tierra", primera novela del escritor y abogado Faisel Iglesias, se me planteó la disyuntiva de que debía plantear esta noche aquí un análisis con énfasis en lo literario de la misma, o por si el contrario debía abordarla fundamentalmente desde la perspectiva sociológica-política. Como sociólogo he elegido esta última visión por razones puramente personales relacionadas, primero, con mis propios antecedentes campesinos: nací y me crié en una finca de caña muy cerca de la zona geográfica donde se desarrolla la trama de la novela. Su lectura ha revolcado en mi la vieja memoria de mi pasado rural, con todos sus olores, sabores y saberes y rescató el lento traquear de las grandes carretas de caña rumbo al ingenio, el sonido húmedo de los amaneceres, el sol bravío de los potreros en los pitones filosos de aquel toro garañón dueño y señor de todas la bacas de la comarca y la corriente de aquel río de mi infancia que resumía para mi el milagro de una naturaleza desbocada, al mismo tiempo fascinante que aún recuerdo con nostalgia. Pero además, hubiera seleccionado el enfoque socio-político porque da la casualidad que después de casi medio siglo de dictadura castrista mi patria todavía no es libre, y los culpables y responsables históricos de ese manicomio de horrores y errores que ha sido la Resolución Cubana por los últimos 47 años todavía no han respondido por sus fechorías ante los tribunales de justicia y aún no se sabe cuando ello pueda suceder. De ahí que al menos por esta noche, y en cuanto a mi concierne se impone el análisis socio-político sobre el literario. Así me lo dicta mi pasado de guajiro recalcitrante y mi conciencia de desterrado, pero sobre todo me lo pide a gritos desde su bohío de yaguas y guano, sus pies descalzos como dos rizomas jurásicos plantados sobre el piso de tierra de su bajareque el guajiro Segundo Cabra, verdadero protagonista de este drama del campesino cubano que Faisel Iglesias nos ha entregado matizado de poesía.
Por momentos el esplendor del paisaje paradisiaco de la zona amenazaba con hacernos olvidar las circunstancias sociopolíticas que han estrangulado por siglo a los "pobres de la tierra" con los que Martí quería y consiguió con su muerte heroica su "suerte echar" y nos regala la apabuyante variedad de la flora cubana:
"Había olor a hierba y las mariposas blancas y amarillas se prolongaban de flor en flor. En arbustos se levantaban las rosas trepadoras provistas de aguijones; barbas de Aarón cubriendo sus nidos; orquídeas transformadas en animalitos; por doquier rastreras filigranas con su característico olor; las carolinas, dejando su árbol desnudo, formaban en la tierra una alfombra que los niños después recogían y hacían bailar en los fondos de los taburetes; crisantemos traídos por el chino de la calle zanja; torolocos; girasoles de franco rostro; bejucos san pedro, de pétalos como cucharas hacían ladrar de picazón a los perros imprudentes; brujitas delicadas, cañandongas; claralisas enredadas; verdes vencedoras de hojas como la palma de una mano; diez de la mañana de cara al sol; vistosos vomíteles; lirios del japón; ixoras blancas y rojas; framboyanes en los patios, amenazando con la muerte del más viejo de la casa; amapolas de mil colores; alegres marpacíficos; guayaba olorosas a las orillas de los caminos; pecioladas hojas de antírium, geranios de rosas; geranios de olor; romerillos visitados por las abejas; envainados gladiolos; apretadas dalias; jacintos en el agua; claveles traídos por el moro bodeguero; lluvias de fuego pegadas a los paredones; nelubios cubriendo las presas; grandes solitarias; guayacanes prendidos a los seborucos; lirios de talex transparentes; ramilletes de novias; ásperas gloxineas; alamandas, tumbergias abrazadas a las palmas; perennes platanillos de libres pétalos, apergaminados; clitorias, como manzanas prohibidas; aromáticos azahares; hortensias de hojas simples, opuestas, de bordes enteros, dentados o lobulados; blancos clarines; exigentes agapantos; heliconias rojas en el centro y amarillas en las márgenes; fragantes magnolias; claveles de innumerables pétalos; begonias de variadas flores; gallitos, peregrinas de muchas formas; bondadosos maculisos; gardenias y tulipanes; margaritas de pequeño porte. De un tallo subterráneo en rizoma, que emergía de bello follaje, formado por largas, oblongas, de limbos más corto que los pecíolos, se levantaban como pájaros las aves del paraíso; estrellas del norte de hojas de bordes partidos; cactus de todos los colores y tamaños, pegados a los riscos. Había también príncipes negros, pero desde que un capullo se le abrió entre las manos, el Niño sentía ante ellos mucho dolor de amor y se ponía hermosamente triste, pero triste al fin, y ya desde entonces no mira ni regala flores. Además aprendio que tienen espinas, que muchas veces no llegan o llegan tarde y entonces son ridículas."
Pero allí mismo, en medio de aquella naturaleza desbordada sobrevivían malamente a su miseria material las familias de los campesinos sin tierra como aquella de los Galá, en aquel barrio "de bohíos terciados, construidos de un día para otro por el negro Rafael - como escribe Faisel Iglesias - sin tomarse el trabajo de medir las maderas, convencido, como pregonaba siempre, de que, pulgá más o menos, el clavo ñama" ....... como manera de paliar el hambre y la desesperanza.
Tal vez el drama humano más desgarrador lo protagoniza el guajiro Segundo Cabra, para mi, como dije al comienzo de estas palabras, el personaje central de esta novela. Casi una criatura de fabula, en medio de su miseria, la reciedumbre mítica de su cuerpo, es mas que nada una metáfora de la fortaleza interior, de la entereza moral para sobrevivir en circunstancias adversas que ha caracterizado a la clave pobre campesina cubana de todos los tiempos de cara a los vaivenes políticos y económicos que han padecido por siglos y que la Resolución parecía iba a remediar definitivamente con aquel grito esperanzador que echó a todo pulmón cuando bajó de la Sierra: " ¡La tierra es del que la trabaje!"Así, la Resolución entró en La Habana aquel enero de 1959, con un gran estruendo de botas y carabinas "San Cristóbal".
Los barbudos de la Sierra, fundamentalmente campesinos, cargados de cananas y rosarios, inundaron las calles asombradas de la capital y se apoderaron del corazón y las esperanzas de la mayoría abrumadora del pueblo cubano. No había espacio ni para la duda ni para el temo. Era la hora indisputable de la libertad. Con esa misma carga de ilusiones y de esperanzas bajó de la Sierra y regresó a su barrio el Guajiro-guerrillero Carlos Canteras, "con una barba de meses y los ojos rojos por debajo los pómulos", según, lo describe Faisel Iglesias. Los guajiros se asomaban a las puertas de los bohíos, se lanzaban al camino real, menos segundo Cabra .... cuenta Faisel... ¿Qué seña, qué mensaje oculto traían aquellos barbudos, que hizo dudar desde los primeros momentos a muchos hombres de la tierra, que llegaron incluso a oponerse con las armas a la Revolución que se había hecho en su nombre? ¿En qué momento comenzó la metamorfosis? ¿ Qué detalle imperceptible y fugaz llevaba ya la semilla de la tiranía que vendría después? ¿Cómo explicar el engaño a que fue sometido el pueblo todo, pero especialmente la clase campesina, los pequeños agricultores, aparceros, precaristas, jornaleros agrícolas, con la firma de aquella Primera Ley de Reforma Agraria en el viejo campamento La Plata, cuando en ese mismo momento ya se redactaba otra ley de reforma agraria, la que se aplicó después con un enfoque abiertamente colectivista y que convertiría a la gran masa campesina en jornaleros del Estado y al Estado en el más grande latifundista de la historia agraria del país?
Aquí es donde la novela de Faisel Iglesias hinca sus garras y nos entrega, a mi modo de ver, su mejor momento. En sólo unas palabras - porque el diálogo, con toda la carga de significados y poesía con que las dotas el autor, es el secreto de la eficacia de esta narración - nos enfrentamos a los sueños sin medida que arteramente sembró la Resolución en el corazón de los campesinos, para luego arrebatárselos. Escuchemos las palabras del guajiro guerrillero Carlos Canteras a su regreso de la Sierra frente a los campesinos pobres de su barrio en su función de interventor ...-
"¿Ustedes ven lo que tienen delante? - los interrumpió Carlos Canteras. Los campesinos fijaron los pensamientos en la vista -. ¿Ven lo que tienen detrás? ¿A la derecha? ¿A la izquierda? - los campesinos siguiendo el sentido de las palabras de Carlos Canteras le daban la vuelta a la cabeza-. ¡Bueno, todo eso es de ustedes! -Los campesinos se miraron incrédulos unos a los otros -. ¡Miren para donde están parados! - los campesinos clavaron la mirada en la tierra -. ¡Levanten la cabeza y miren al cielo, porque también ese es de ustedes!
- Este no cree ni en Dios - dijo Segundo Cabra.
-De ustedes, los que trabajaban en las tierras de Macho Valdés me siguen. Los demás, mañana, antes de que cante el gallo me esperan en el portón del potrero de Nené Villar. Allí la cosa será más fácil porque el muy pendejo se fue.
-¿Para dónde? - preguntó un campesino.
- Pa`l Norte - respondió Segundo Cabra.
-...
-De allí seguimos para el potrero de Papá - continuó Carlos Canteras -. La ley tiene que empezar por casa".
Atrapados por siglos de olvido, así entendió el campesino sin tierra el mensaje de justicia e igualdad:
-¡ El potrero de Macho Valdés! - exclamó Carlos Canteras agarrado a un poste de la cerca - ¡Las vacas flacas de Macho Valdés! ¡Tanta tierra para tan poca leche! - se volvió para los campesinos y les dijo:
-El potrero es grande. Lo vamos a repartir entre todos y a por igual.
-Interventor - interrumpió un campesino.
-¡Diga!-Pero hay un sólo río.
-Lo represamos en su propia madre, después lo desgajamos por entre loma y loma, pero cada campesino tiene que tener una loma y un pedazo de río.
-Con estos picos no se puede hacer un dique - dijo otro.
-Confiscamos un buldózer.
-¿Dónde?
-Donde lo haya.
-Eso no lo dice la ley - terció el teniente.
-Se lo agregamos.-¡Interventor!- dijo otro campesino.
-¡Diga usted!
-Hay un sólo toro.
-Lo narigoneamos, lo domamos y lo pasamos por todas las lomas de vaca en vaca, pero de ahora en lo adelante los niños no irán jamás a la escuela sin tomar leche."
La novela para mí culmina, con el drama del guajiro Segundo Cabra en el momento de ser llevado ante un tribunal revolucionario acusado de vender por la libre los productos que debía vender al Estado:
-Acusado Segundo Cabra ¿de quiénes eran las tierras que usted trabaja?"
- De los Valdés."
- ¿ Y lo Valdés no trabajaban?"
- Trabajar lo que se llama trabajar, con el lomo doblao sobre el surco, esos nunca trabajaron. Ellos vivían en el pueblo y" ...
- Y ... recibían el fruto de su trabajo, y el de toda su familia, generación tras generación, sentados cómodamente en el portal de sus casas."
- Así eran las cosas."-
¡¿ Lo que le arrancaban a la tierra de sol a sol?!" ...
- No, de luna a luna, porque antes de salir el sol ya nosotros estábamos en el surco y se iba y nosotros seguíamos ahí ... Pero ellos eran los dueños de aquellas lomas y de aquellos llanos. Y no sé quién de mi abuelo para arriba le dijo a uno de esos tátara de esos Valdés para desmontar un par de lomas y un pedazo del llano y " ...
- ¿Y ese tátara de esos Valdés les dio el par de lomas y el pedazo del llano?"
- Bueno, dárselo como dárselo no. Le dijeron: 'mira, echa el ganado para el otro lado, desmonta esas lomas, arranca el marabú del llano y siembra. Después nos das la mitad de la cosecha. De todas maneras ahí ni las vacas pueden entrar'. Y así fue como se cerró el negocio."
-¿Y qué ha sido de esos Valdés?"
- Bueno ... Unos están a noventa millas. Otros, dicen, que en el más allá. Pero yo creo que acá abajo - y dio un par de patadas en el piso."
- ¿Y les dejaron las tierras de regalo?"
-¡Regalar esa gente! Tenían miles de miles y le regateaban un centavo a cualquier muerto de hambre. Yo creo que por eso han perdido hasta su propia lengua. Esas tierras me las regalaron mi madre y mi abuela."
-¿ Cómo?"-Como lo oyes. Bueno, digo, es un decir. Esas tierras me las regalaron la Patria y la Revolución."
-A través de la Reforma Agraria ¿no?"
-Y no es un decir. Para eso tenemos los ojos los que quieran ver; manos lo que quieran palpar.
"-¿Cómo es posible acusado Segundo Cabra, que un campesino como usted, a quién la Revolución le ha dado la tierra para que la trabaje en su propio bien, en bien de su familia, de la sociedad, qué son esas escuelas donde estudian gratuitamente sus hijos, qué son esos hospitales donde se atiende sin miramientos a su madre, haya pretendido volverse explotador del maestro, del médico, del obrero, del hombre con sudor en la frente?" ...
-El Diablo son las cosas ...Yo estaba arando. Hacía mucho tiempo que no veía a Pedro cuando sentí que una mano se me posó en el hombro: '
-¡Segundo Cabra, caramba, siempre estás en el surco, pareces un terrón!'
'- Pedro Pérez, caray, dichosos los ojos que te ven ... Después que te fuiste para La Habana te la cogiste para ti sólo.¡Mira para eso, estás gordo y colorao como un tomate!
'- Hay que cambiar de ambiente.'
'- Siempre que sea para mejorar'...
'- ¿ Cómo te va el año? '- Tú sabes como son las cosechas. No dependen de uno, sino del tiempo. Y eltiempo son las cosas. Pero ahí vamos, tirando. Siempre se puede más. A ver, ¿traíste dónde llevar?
'- No, yo no vine a buscar. Hoy yo vine a traer.
'- ¿Con las manos vacías?'
'- También en la cabeza se pueden llevar y traer cosas.'
'- ¡Tú has aprendido mucho!
'- La calle, la universidad de la calle.
'- ¿Qué grado de escolaridad tiene usted, acusado Segundo Cabra?"
- Figurese aquellos tiempos. Uno saltaba del vientre de la madre al surco. Después fui alfabetizado. Ahora con tanto correr el tiempo, sumando una cosa y la otra debo andar por un tercer grado atrasao."
- ¿Nadie le dijo que usted no podía vender por la libre los productos que usted cosechaba en la tierra que para el bien de todos le entregó la Revolución?
-Bueno, mercado libre es libre ¿no? Al menos así decían los delegados del Gobierno, en la radio, en los periódicos"...
- Acusado Segundo Cabra, ¿el acusado Pedro Pérez trabajaba la tierra con usted?
- No."
-¿Y cómo usted puede justificar que él estuviera vendiendo los productos que usted cosechaba?"
- Bueno, yo los vendía por la libre, pensaba que él podía comprar por la libre. Después ya no eran míos, si quería venderlos que los vendiera."
- Pero ni usted podía vender por la libre, ni Pedro Pérez podía comprar por la libre para revender por la libre, porque Cuba ya no es un garito al mejor postor."
- A la verdad que uno nunca sabe."
-¿No sabía usted que para vender productos del agro, fuera del mercado al que usted le correspondiera, debía tener una autorización del Poder Popular, previa inspección de los productos?"
- Bueno, Pedro Pérez me enseñó unos papeles y me dijo que no había problemas."
- ¿Y usted los leyó?- Usted sabe, yo estaba arando"...
- Acusado Segundo Cabra. Será legal y todo lo que sea, pero no va, no va y no va. Al merolico, al que intente enriquecerse a costa del sudor de los demás, le caerá el rayo del Partido y sus huesos irán a la cárcel por tiempos inmemoriales."
De nuevo se sierra el circulo de frustraciones, desesperanzas, sobre el hombre del campo, ahora con el duro cerrojo del Partido.
Damos la bienvenida de este primer trabajo de narrativa, de crítica, de denuncia de las falsedades y las promesas incumplidas de la Resolución Cubana, desde el desconocido escenario de la ruralía cubana. Esperamos más testimonios literarios de Faisel Iglesias, desde su rica experiencia como abogado defensor de los campesinos atrapados entre las promesas de poseer unas tierras de las que nunca fueron realmente dueños ni antes ni después de la Resolución, que le costó la expulsión de su propia patria.Mientras la historia por venir no le haga al fin justicia a estos hombres y mujeres de la tierra, y los Galó y los Segundo Cabra que malviven todavía en las entrañas de los latifundios del Estado, sigan siendo llevados a los tribunales por tratar de vivir del trabajo, se sus manos en la tierra que los vieron nacer necesitamos que, al menos desde la literatura, se denuncie al mundo la iniquidad de ese sistema y la falsedad de sus promesas de redención, hasta que se cumpla al fin su vieja oferta de que "la tierra es del que la trabaja"....
Por eso en nombre de los Galá y de los Segundo Cabra que en Cuba sólo tienen la tierra que le echaran encima cuando mueran, digo esta noche de todo corazón ¡gracias Faisel!*Palabras del Dr Andrés Candelario la noche de la presentación de la novela El Olor de la Tierra, en la casa de España, en San Juan, Puerto Rico, el día 28 de abril de 2005
**El Dr Andrés Candelario. Pinar del Río. Cuba. Escritor y Profesor de la Universidad de Puerto Rico.

Solo el amor

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