sábado, marzo 15, 2008

DE LAS MONTANAS A LA FAMA

POR RAFAEL LAM

El cubano Compay Segundo (Máximo Francisco Repilado Muñoz) es el trovador más viejo y famoso del mundo.
Nacido en 1907, tiene el dulce perfume de lo antiguo. Hereda el abolengo de los trovadores tradicionales de Santiago de Cuba, cuna del son y del bolero. Posee la mirada de adolescente maldito, pero la compostura de un lord inglés. Está más de moda que las estrellas del pop: Madonna y Michael Jackson.
Trovadores ha habido muchos, pero Compay es el mito, la leyenda viviente. Vamos a rastrear con el señor Francisco Repilado, en una de sus cortas estancias en La Habana —pues últimamente está casi siempre actuando en el exterior—, casi un siglo de música cubana, una vida musical.
— ¿Cómo se inicia este nuevo renacer de Compay Segundo, la trova y el son?
— En 1992 comienza a crearse en España un ambiente favorable para la trova y el son tradicional e invitan a viejos y respetables músicos. Algunos disqueros avisados y con luz larga empiezan a reeditar colecciones de discos viejos de son. Eso va generando una curiosidad. Europa estaba agotada de los sonidos de las estridencias electrónicas y la gente va echando la mirada hacia atrás, en busca de la esencia de las flores, de la música natural, original.
— ¿Cuándo entra Compay Segundo en el escenario español?
— Yo me integro en 1994 en el encuentro entre el son cubano y el flamenco, que organiza la Diputación de Sevilla.
— Pero, el gran momento de Compay Segundo justamente cuándo lo debemos situar.
— Se alcanza cuando en 1995 Santiago Auserón edita la antología de Compay Segundo. Y el boom se logra con el Premio Grammy, con el disco Buena Vista Social Club, en 1997, dentro de la categoría de música tradicional.
— ¿Cómo recibe el boom?
— Imagínate, es como un bombardeo, saltamos de las montañas a la fama, recorrimos medio mundo, nos paramos en los escenarios más exigentes y príncipes nos invitan a sus grandiosas fiestas. Pero te digo que yo sigo siendo sencillo, como si estuviera empezando. Precisamente nos aprecian por esa sencillez y naturalidad. Yo le sigo cantando a todos los cubanos, como lo hice, en tiempo de juventud, por toda Cuba.
— Vamos a hacer una retrospectiva, para remontarnos a aquellos tiempos de niñez, de juventud, de ilusiones.
— Cuando yo nací, en el pueblo minero de Siboney, Santiago de Cuba, de 1907, comenzaba la etapa de posguerra, todo era muy pobre. La música que se escuchaba en su mayoría venía de Europa. De Cuba se iba imponiendo el danzón, se escuchaban habaneras, guarachitas, congas y algunas rumbitas. No faltaban las canciones trovadorescas, los boleros.
"Eran tiempos muy románticos, saludábamos con el sombrero a las señoritas, y si una te gustaba, le echabas el sombrero al suelo. Si ella te correspondía, pisaba una parte del ala del sombrero, el ala na'ma. Y cuando no te quería, se acabó el sombrero. Yo transmito esa atmósfera, que el público percibe y disfruta."
— Cuénteme la experiencia artística con tantas figuras legendarias.
— A "Ñico Saquito" lo contacté en Santiago de Cuba, hicimos un quinteto, tocábamos en las peñas, nos ofrecían ñame con bacalao —comida de trovadores—, también macho (cerdo) asado con plátanos fritos (tostones) y mucho ron cubano. "Miguel Matamoros fue vecino mío, en La Habana, un indio gallardo que se daba aires de Gardel. Era el rey del son, por eso me uno a su conjunto. A Benny Moré lo vi trotando por las calles y bares de La Habana Vieja, después trabajamos juntos con Matamoros. Cantaba como nadie, es lo máximo de Cuba en la música, nunca habrá nadie como él. Con Lorenzo Hierrezuelo formé en 1938 el cuarteto Hatuey, integrado también por Marcelino Guerra (Rapindey) y Evelio Machín, hermano de Antonio, ese embajador de la canción cubana en España. En 1949 Hierrezuelo y yo hacemos el dúo, que permaneció hasta 1955. Es ahí donde yo le hago la segunda con aquellas antológicas canciones: Macusa, Mi son oriental, Los barrios de Santiago, Yo canto en el llano.
— Y sobre sus composiciones...
— Macusa es la canción que dediqué a mi primera novia quinceañera. Es una composición que trata el tema de las indecisiones amorosas, de los amores muertos apenas nacidos. Una canción llena de idilio, para una mujer que todavía vive y sigue siendo mi amiga allá en Santiago de Cuba. Esa es una de las preferidas del Premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez.
— Algunos actualmente han llegado a asegurar que el Chan Chan,
con sólo dos acordes, es la canción de Cuba más difundida en estos momentos, superando a la Guajira Guantanamera.
— Mira tú, que en Francia cuando van a brindar, en vez de chin chin, ahora dicen chan chan, por mi canción que tanto ha gustado. La gente llora y todo. Tú sabes que las canciones tienen su misterio, su encanto, su hechizo. Eso no es un asunto de catedráticos, sino de magia. ¿Tú te imaginas que la juventud de Cuba y de Europa, que tenía olvidada la música tradicional, que solamente pensaba en la música rock, ahora vuelva sus ojos sobre sus abuelos? Eso es un fenómeno.
— Con el paso del tiempo, la voz segunda se ha ido perdiendo... Esas voces "gordas" de las décadas de 1940, 1950.
— Los jóvenes no quieren hacerle "la segunda" a nadie, todos quieren ser estrellas de la noche a la mañana, mira yo cuántos años tuve que esperar, cuántos caminos tuve que recorrer, en cuántas serenatas, saraos y guateques tuve que cantar. Y aquí estoy empezando, nunca terminando.
— Vamos a hacer un análisis de la voz segunda.
— Las voces segundas son naturales, libres, sin movimientos definidos. Voz segunda por excelencia en Cuba, el genio trovador Sindo Garay, algo fuera de comparación. Escucha y observa El huracán y la palma, la manera aleatoria, no lineal de cantar Sindo Garay, algo digno de estudio.
— Usted también hace sus aportes en la sonoridad de su guitarra, su querida "trilina", como le llamaba Ñico Saquito.
— Yo decidí crear un armónico de siete cuerdas. Consiste en una guitarra con seis cuerdas y repito la cuerda sol, para lograr un sonido más armónico. De ahí su nombre de armónico.
— ¿Tiene alguna filosofía para vivir?
— Toda persona debe tener una filosofía para vivir mejor: Soy un estudioso de la vida, analizo detenidamente en la cama lo que hice cada día. Estudio las cosas y la gente, lo cual me evita caer en fallos. No espero en un rincón la muerte, ella tiene que perseguirme. Yo voy sacando candela, espero llegar a los 100 años y pedir prórroga, como hizo mi abuela.
— Sus placeres y gustos en la vida, y alguno de sus secretos...
— Además de las comidas criollas de los trovadores que ya te describí, como que soy de la costa, adoro los mariscos. Te voy a revelar un secreto: Utiliza el caldo de cocote de carnero, que te dará vitalidad. Para los placeres hay que tener medida, de lo bueno no se debe probar mucho, que siempre te quede el deseo que te dé ánimos a volver a probarlo y no te aburra. Tomo algunos traguitos de ron y fumo desde niño, enseñado por mi abuela. Además, ése fue uno de mis oficios, en la fábrica de Montecristo y H. Upman. Mi tabaco preferido: H. Upman No. 4.
— ¿Cómo fue la experiencia con el rey de la canción francesa, Charles Aznavour?
— Fue una gran experiencia. En el disco Calle salud grabamos su obra Morir de amor, que obtuvo premio nacional de música en España y Disco de Oro.
— El encuentro con el Papa en el Vaticano, ¿cómo lo valora?
— Eso fue un sueño que me propuse, cantarle al Papa, se concibió en el Día de Jubileo, por el enfermo. Deseo para mi país salud para todos.
— ¿Algún adelanto para lo que queda del 2000?
— La gira de verano por Europa y los Estados Unidos, grabar el próximo disco, con el tema de Las flores de la vida y tener otro hijo, ¿qué tú crees?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mucha sabiduría y distinción
hacen de Compay Segundo un ídolo de la canción.

Digno maestro de lo que es ser el mas coherente y genuino trovador de Cuba que transcendió el ámbito universal.
Carlitos Zapata
17 de marzo 2008

Solo el amor

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